IGLESIA

Veigamuíños, sin misa en apoyo al párroco apartado por abusos

Veigamuíños. iglesia.
photo_camera Varios fieles que acudían con intención de oír misa, ante la iglesia cerrada a cal y canto.

Un grupo de vecinos desarrolló esta "huelga" ausentándose de la iglesia, que amaneció cerrada

La parroquia de Veigamuíños, en O Barco, no disfrutó ayer de la tradicional misa del Día de Reyes. A las once de la mañana, hora habitual de la liturgia, apenas media docena de vecinos se había acercado hasta el templo, unos para asistir a la ceremonia religiosa y otros para ver qué pasaba. Unos pocos se detuvieron ante la puerta, cerrada a cal y canto, para leer un papel pegado con cinta adhesiva sobre ella, cuyo texto decía: "Tras las medidas tomadas con nuestro párroco, algunos vecinos hemos decidido no asistir a misa el día 6 de enero, como muestra de apoyo hacia don Ángel".

"Don Ángel" es Ángel Sánchez Cao, el sacerdote que se ocupó de la parroquia de Veigamuíños hasta la semana pasada, cuando el Obispado de Astorga anunciaba haberlo "apartado de las parroquias y del ejercicio público del ministerio, así como la prohibición de mantener contacto con menores y con la presunta víctima". El escrito aludía a una segunda denuncia formulada contra el cura barquense, esta más reciente que la primera –referida a presuntos hechos cometidos en 1980– pero también por "presuntos delitos de abusos a menores".


Domingo sin misa


Ayer, una mujer fue la primera en acercarse a la iglesia de Veigamuíños. Vecina de Porto (Rubiá), pasó las fechas navideñas en O Barco, acompañando a su familia. Llegó desconfiando que algo anormal sucedía, pues no escuchó las campanas. Afirmó desconocer las causas de la polémica surgida entre los fieles y no se mostró muy contenta de que la iglesia estuviese cerrada. "Non se pode facer. Que o pobo esté sin misas!", protestó. Pocos minutos después llegó un vecino de O Barco, también con intención de asistir a la ceremonia religiosa del Día de Reyes. Acudió por una sola razón: "Gústame máis vir aquí". Esta misma explicaciónla dieron otras dos personas que se acercaron para oír misa.

Cinco minutos después de las 11,00 horas, hora de inicio de la misa, abandonaron el lugar. También lo hicieron otras dos personas, aunque estas no acudieron atraídas por la liturgia. Todo lo contrario. Quisieron verificar el éxito de un movimiento vecinal que busca convencer al obispo de Astorga para que Sánchez Cao vuelva a la parroquia.


"Pode haber moitas cousas; é moi raro"


Vecinos consultados de Veigamuíños defienden a Ángel Sánchez y consideran que la "envidia" puede estar detrás de la segunda denuncia formulada contra él. Insisten en que sus ceremonias religiosas eran seguidas por una gran cantidad de fieles. "Muchos cabos de año se venían de O Barco aquí, porque en Veigamuíños son los sábados", explicó una vecina. No solo eso, insisten en que la catequesis  que se desarrolla en este templo era las más concurrida de la zona. La veintena de catequistas que ahora se niega a impartirla atendía a 42 niños, por los 12 que asisten en O Barco y los 5 de Viloira. Es mucha la diferencia y los fieles de esta parroquia consideran que puede haber personas a las que no les guste esta situación.

"Pode haber moitas cousas. É todo moi raro", comentó ayer un vecino de Veigamuíños que acudió a la zona para comprobar la respuesta de la población a la convocatoria del sector vecinal que apoya al sacerdote apartado de la parroquia.

Una representación vecinal se desplazará mañana, martes hasta A Rúa. Acudirá con las firmas de apoyo a Ángel Suárez que comenzaron a recoger nada más conocer la decisión del Obispado, noticia que sorprendió a muchos fieles: "Na misa despediuse. Eu non sabía nada", dijo una de las mujeres que ayer pretendían asistir a misa.

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