Arcos y Castrelo pierden esencia en sus tradiciones

Los fieles esperan por la puja, que no se produjo, junto a la imagen de Santa
photo_camera Los fieles esperan por la puja, que no se produjo, junto a la imagen de Santa
Se suspendió la puja por las andas de Santa María y la procesión de San Roque por el Miño

Dos de las celebraciones religiosas de la provincia, las procesiones de la Santa María, en la parroquia de Arcos de Carballiño, y del San Roque, en Castrelo de Miño, rompieron ayer con una tradición que arrastraban desde hace décadas y que atraían a cientos de vecinos y visitantes.  

En el caso de Arcos no se llevó a cabo la puja por las andas de la patrona de las “pulpeiras” para su entrada en la iglesia parroquial, una tradición que se producía tras la procesión por el atrio. El motivo, la ausencia del empresario que siempre pujaba, Florindo González, y que ninguno de los presentes quiso hacer las veces de subastador, si bien uno de los hijos de aquél estaba dispuesto a participar en la disputa, que en el año 2019 llegó a los 6.100 euros. Finalmente, y ante la tensa espera y las llamadas del párroco desde el interior de la iglesia, la efigie de la santa fue introducida por un grupo de fieles, dando comienzo la misa solemne.

Con respecto a Castrelo, las fiestas de la Asunción y San Roque se quedaron sin la procesión que cada año se realizaba con ambas imágenes en catamarán por el río Miño y acompañadas por otras embarcaciones. En este caso, se alegó que no había personal suficiente para trasladar los santos desde la iglesia al embarcadero del Club Náutico y la ceremonia litúrgica se limitó a rodear la iglesia parroquial.

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