El título del folleto de 52 paginas, “La igualdad de derechos para los dos sexos”, que en 1933 publicaba el abogado ourensano Carlos Taboada Tundidor, puede resultar hoy sumamente atractivo y actual, el contenido del mismo ya es otra cosa. El autor lo dedicaba a Carmiña, Maruxa y Amalita. El folleto contiene la conferencia que el autor pronunciaba en el local de Acción Femenina Gallega en Ourense. Taboada analiza la actitud de las españolas que, según él, “de momento juega a la política sin buscar el poder”, y aconseja que aspire “al grado máximo de cultura y a obtener sus derechos de mujer, pero no ser igual que el varón”, y hace un análisis de la Constitución republicana sobre la igualdad de derechos para los sexos. Ahí, al señor Taboada unas le van y otras le vienen. Especialmente crítico con el divorcio, echa mano de la espeluznante frase popular que dice: “Mujer divorciada, libro leído, que, o bien se abandona en un rincón, o lo utiliza un amigo”. Opina que la izquierda utiliza la igualdad de los sexos para destruir a la familia y la espiritualidad, aunque celebra que el Código Penal de 1932 suprima el delito de adulterio aplicable tan solo al hombre.
El autor, quien sin duda es un hombre profesionalmente enterado, hace un análisis comparativo sobre cómo se trata este tema en las legislaciones de varios países. Admira que Inglaterra concede derechos superiores homologados defendiendo además la tradición familiar y la defensa de la mujer. Cree que en Estados Unidos las leyes son muy favorables a la mujer, dándole igualdad absoluta. “Pueden tenerlo todo -dice Taboada -menos el amor puro, supremo ideal que Dios otorgo a los humanos”. Por el contrario, en la Unión Soviética “manda el libertinaje. La mujer vive las pasiones humanas desencadenadas” y todo le parece que está fatál. Don Carlos finaliza su conferencia con un canto a las virtudes del cristianismo y un rotundo: “¡Ya vendrán tiempos mejores¡” (Fuente ; Biblioteca Publica NOS)
El señor Taboada
Don Carlos fue un personaje destacado en el mundo de la judicatura. Además del aquí reseñado, es autor de ocho libros, tres de ellos sobre temas relacionados con el ejercito japonés. Pertenecía a una destacada familia del mundo social y político ourensano como miembro de la CEDA de Gil Robles. Residía en una hermosa casa, ya derribada, situada en la calle del Progreso frente a la Prisión Provincial. Su hija Maruxa se caso con el abogado ourensano don José Pérez Avila. Muere en 1935. Su nieto Carlos donó su biblioteca a la Facultad de Derecho de esta Universidad.
