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Desconectar es la verdadera clave

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photo_camera Relax y descanso en las piscinas municipales de Maceda, durante la tarde de ayer.

Estudios recientes explican que casi el 35% de los españoles no es capaz de olvidarse de sus preocupaciones y obligaciones laborales aunque estén dentro de su período vacacional.

Muchos de ustedes estarán a punto de coger las ansiadas vacaciones, o quizás estén ya muy lejos de su oficina, leyendo desde la toalla o desde la cómoda hamaca. 

Sea como fuere, si las han vivido, las están disfrutando o lo van a hacer próximamente, la pregunta que cabe hacerse es si realmente saben desconectar. O si, por el contrario, están más estresados en los días de playa que en los del currele.

Si se identifican dentro del segundo grupo, no se preocupen, todo se puede aprender. 
Según estudios elaborados recientemente por las empresas de recursos humanos Adecco y Randstad, casi el 35% de los trabajadores españoles no desconecta durante el período vacacional. El móvil y el correo corporativo son las principales vías por las que entran las obligaciones, ya que pueden llegar a cualquier parte del mundo. 

Ángeles Rodríguez, psicóloga sanitaria, diferencia dos tipos de perfiles: aquellos que no pueden desconectar porque no es posible (cargas externas, impuestas por un superior), y los que no son capaces de hacerlo. "Si uno puede desconectar y no lo hace, suele ser por una cuestión de control, de no querer delegar en otros, de creer que nadie va a realizar bien el trabajo y preocuparse ya por la vuelta", explica Rodríguez. 

Por ello, las recomendaciones para cada perfil son diversas, "si las responsabilidades son externas, el tema tiene que ver más con los derechos laborales que con la psicología", comenta la profesional. "Si es un tema interno, lo mejor es dejarlo todo planificado previamente y desenchufarse a nivel tecnológico, olvidándose del móvil y de internet", razona. 

No obstante, existe un tipo de trabajo ("el trabajo más difícil del mundo", según algunos) del que no es posible deshacerse por mucho que se apague el teléfono y el ordenador. No es otro oficio que el de ser padre y madre, y además dirigir un hogar. 

Mayte Gómez Blanco, vecina del barrio de O 21, explica que durante sus vacaciones laborales sigue siendo madre y ama de casa a jornada completa. "Ahora que los niños son más mayores, puedo dedicarme más a mis aficiones, como leer o pasear, pero siempre hay cosas que hacer en casa. Cocinar, fregar, poner lavadoras, preocuparse por ellos... En eso no hay parón. Mis hijos me ayudan, pero no hay nada como irse fuera para desconectar de verdad", dice.

"Teño que estar sempre operativo, pero polo demais desconecto"

Manuel Barreiros es corredor de seguros en una sucursal de la capital ourensana. 
Su trabajo le exige estar siempre pendiente del teléfono móvil por si algún cliente lo necesita, "pero eu atendo a urxencia, dou o recado a quen faga falta ou axudo coma poida e xa está, deixo de preocuparme", comenta. 
"Eu consigo desconectar nas vacacións: se me marcho da oficina non se me acorda o traballo, xa me ocuparei dos asuntos cando volva a poñer un pé nela", explica Barreiros. 
Aunque no cuenta coger vacaciones hasta el mes de octubre, es el claro ejemplo de que sí se puede compaginar satisfactoriamente trabajo y descanso. "Eu desconecto moi facilmente, a verdade, non me mato a cabeza nos días libres, disfruto e volvo tranquilo, aínda que teña que ter o móbil operativo sempre, non me supón un problema". 

"Lo más importante es delegar y olvidarse del trabajo por completo"

María Martínez trabaja como funcionaria en la Seguridad Social, en el apartado de prevención de riesgos laborales. 
Ella afirma que sí que desconecta por completo, "hasta me olvido de que trabajo", comenta entre risas. Durante los treinta días de vacaciones, deja sus obligaciones laborales de lado. Afirma que este es el primer año que cogerá el mes seguido por cuestiones personales, pero que prefiere dividirlo en dos. "Así desconectas dos veces, que al coger todas las vacaciones seguidas parece que cuando vuelves se te hace más cuesta arriba", dice. "De mis tareas, algunas se pueden quedar para después de la vuelta por ser poco importantes, y las más urgentes las asume otra persona durante mi ausencia", cuenta. "Lo más importante es delegar y dejar que otra persona realice el trabajo, si no es imposible disfrutar", afirma.

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