La fiesta del colegio Carmelitas reunió a autoridades, una cuadrilla de toreros y sin olvidar a las bellas damas
Perdonadme este ataque de vanidad, pero no es por mí -que los que me conocen me habrán reconocido a mis cuatro añazos- realmente de lo que estoy orgulloso es del magnífico traje de luces que entre mi abuela, madre y tía me hicieron para las fiestas que en el colegio de las Carmelitas se celebraron ese año 66.
Quitando las manoletinas que no consiguieron que dieran el pego, el resto, chaquetilla, pantalón, corbata, montera... incluso el “caballo”, están ahí. A mí me gusta decir que fui un torero con mucho arte, y respetuoso con el toro. Tengo otras imágenes del evento que en la “plaza” de las carmelitas se celebró aquel 66, hubo desde autoridades hasta toda una cuadrilla de toreros, sin olvidar bellas damas, la mayoría luciendo trajes de faralaes.
¡¡¡Que fiestas aquellas... y que arte!!!
