La celebración de la novena edición del Entroido Quente trajo los disfraces y las comparsas a la villa en pleno verano
Febrero en julio. Hay lugares que se resisten a renunciar a sus grandes fiestas del invierno, aunque estemos en pleno verano. Uno de ellos es Maceda, que un año más se entregó ayer a su peculiar Entroido Quente, alcanzando ya su novena edición. La fiesta, organizada por la Asociación Xuvenil O Cruceiro, comenzó con el chupinazo, abriendo una gran jornada de diversión, muy pronto representada por el 'Rali do Humor', que arrancó grandes carcajadas, el pasacalles con la Charanga BCB, que animó a los asistentes a seguir sus ritmos por la localidad, y los conciertos nocturnos, que pusieron el broche de oro a esta jornada veraniega y festiva.
Un año más, el 'Rali do Humor' del Entroido Quente de Maceda acogió a todo tipo de participantes que quisieron demostrar sus capacidades y dotes de humor en esta singular gincana.
El ambiente ya se notaba caldeado desde por la mañana, en esta fiesta pensada para ofrecer picos de diversión durante todo el día, cubriendo todo el espectro de gustos y edades.
Numerosas personas disfrutaron del sábado en la villa ataviados con disfraces de todo tipo, y ansiosos porque el reloj marcase las 17,00 horas, momento en el que se iniciaba oficialmente la fiesta.
Durante la tarde, la diversión y la juerga fueron los elementos principales en una actividad que reunió a numerosas personas con ganas de fiesta. Los disfraces tradicionales volvieron a competir en las calles con las apuestas más arriesgadas, ingeniosas y novedosas; mientras que los macedanos sacaban también para la ocasión los productos típicos carnavalescos, haciendo las delicias de propios y ajenos.
LOS CONCIERTOS
Con la llegada de la noche, a partir de las 23,00 horas, tuvieron lugar los conciertos de los grupos Superoito, Liska y Cuchufellos, que pusieron el colofón a una jornada festiva que rememoró lo mejor del entroido, pero con las altas temperaturas del verano.
El evento de Maceda ya es toda una tradición en el calendario estival y son muchos los visitantes que durante estos días acuden a la villa a disfrutar de este particular carnaval veraniego. Ya no es necesario esperar hasta febrero, enfundarse unos leotardos y un polar bajo el disfraz, ni viajar hasta Londres para bailar en el divertido carnaval de verano de Notting Hill.
UNA TRADICIÓN CRECIENTE
En Galicia cada vez son más los lugares que, aprovechando los beneficios del buen tiempo, vuelven a llenar sus calles de comparsas, charangas, antifaces y caretas. Los vestidos se acortan y el ingenio se agudiza para conseguir, de nuevo,el atuendo más original y divertido en los entroidos estivales.
En los últimos años la cita se está extendiendo a lo largo y ancho de la comunidad, siendo el de Redondela el más popular. La villa pontevedresa reúne el penúltimo fin de semana de agosto en esta cita a público procedente de toda Galicia, entregados a una jornada en la que el color y la alegría inundan la localidad. En Verín sucumbieron algún año a la tentación de sacar los disfraces también en verano, pero la cita no llegó a cuajar como sí ocurre cada año en Maceda.
En la franja costera se concentran también muchos de los carnavales de verano más conocidos. 
Además del de Redondela, están también el de Cariño, pasando por Cedeira, A Illa, O Grove o Bueu. Estos últimos son relativamente recientes, pero cada vez reúnen a más seguidores de una fiesta tradicionalmente invernal y que tiene las localidades de Xinzo, Verín y Laza como tirángulo mágico del entroido gallego.
Tampoco el interior de la comunidad se resiste a hacer su recordatorio veraniego de la fiesta, con comparsas, desfiles y concursos para incentivar la inventiva. En Salceda de Caselas, por ejemplo, celebran su Carnaval de Verán a comienzos de julio.
No será el de Notting Hill, con casi medio siglo de tradición, pero ganas de fiesta y carnavaleros no faltan en Galicia. En lugar de los vistosos plumajes que adornan a las bailarinas del desfile londinense, las versiones autóctonas dan rienda suelta al humor que caracteriza a los gallegos, especialmente agudo durante el periodo vacacional, con tanto tiempo libre. Se pueden ver creaciones recicladas del invierno, y otras improvisadas para la ocasión con buen resultado. El entroido es una de las fiestas que más arraigo tienen en la cultura gallega. La diversión y la música toman las calles en multitud de municipios cada año durante el mes de febrero. Ahora, la tradiciónse rompe con lo establecido y empieza a expandirse por toda Galicia también durante el verano, una época en la que el calor propicia que muchos arriesguen con disfraces más ligeros. Con toda esta oferta, al final, quien no se disfraza este verano, es porque no quiere.
