ENTREVISTA

"Este Esquecemento va a marcar la diferencia”

El presidente de Civitas Limicorum, Iván Prado.
photo_camera El presidente de Civitas Limicorum, Iván Prado.
Iván Prado es el presidente de Civitas Limicorum, organizadora de la Festa do Esquecemento

Superada la mayoría de edad, el Esquecemento vive ya su décimo novena edición. La fiesta, que recrea la conquista antelana de Décimo Junio Bruto tras desmitificar al río Lethes como el río del olvido, comenzó este jueves con una cena de confraternización entre los socios de Civitas Limicorum y organizadores del evento -cerca de 800-, y continuará hoy con la apertura del "macellum" o mercado, y el encendido del fuego sagrado a las 23,00 horas. 

¿Cómo afrontan esta nueva edición de la Festa do Esquecemento de Xinzo?

Con mucha ilusión. Estamos ya en la recta final para que empiece. Con mucho trabajo y cansados, pero contentos. Nos hemos entendido bien con las diferentes administraciones que nos apoyan, y creo que este va a ser un año que va a marcar la diferencia con los demás. 

¿Cuánto tiempo llevan trabajando en esta última edición?

Empezamos en mayo a prepararla. Ahí comenzamos con las asambleas de socios y de coordinación, todo a nivel más organizativo. A nivel práctico llevamos trabajando unos 15 días, es decir, en todo lo referente a infraestructuras. 

¿Cuántas personas están trabajando en la fiesta?

Además de las 477 que son socias, hay más de 300 que trabajan para nosotros y que son acróbatas, actores o músicos, entre otros. 

¿Civitas Limicorum es la asociación más numerosa de Xinzo?

Posiblemente sí. A nivel cultural, sin duda. Igual hay alguna de ámbito deportivo que nos puede superar, pero con finalidad cultural es la más grande de Xinzo y, probablemente, de la comarca de A Limia. 

¿Cuáles son las claves para coordinar a tantas personas, logrando que una agrupación tan grande funcione y que, incluso, incremente año a año el número de inscritos?

Otorgarle a los socios un motivo de peso para formar parte de la agrupación. Nosotros sacamos adelante cuatro días en los que no hay ni media hora de parón cultural o festivo. Por otra parte, para que la gente colabore y participe en la fiesta celebramos asambleas en las que todo el mundo tiene voz y voto y puede decidir, de alguna manera, el destino de la asociación. 

¿Qué es lo más difícil de organizar el Esquecemento? 

Los últimos tres días antes de que empiece. Siempre, aunque queramos trabajar a buen ritmo y llevar todo al día, acabamos colapsados. Son muchos frentes abiertos, muy ambiguos, y es complicado. Por ejemplo, las puertas que montamos para el campamento tienen cuatro metros de altura y 10 de ancho y tardamos en hacerlo más de una semana. Llevan trabajo. 

¿Qué es lo que va a marcar la diferencia de este año con los demás? 

Yo destacaría, sobre todo, la parte de conciertos. Hace ya dos o tres años que mis compañeros de la coordinación y yo vimos interesante hacer un festival de músicas del marco atlántico relacionadas con el mundo celta. En esta edición hemos conseguido que haya cuatro conciertos, uno por día. También quiero mencionar el tema de la seguridad, el Esquecemento es la fiesta más segura de toda la comarca. Casi la cuarta parte del presupuesto que tenemos, que roza los 51.000 euros, se destina a este ámbito. Tenemos seguridad que vigila el campamento desde las 00,00 horas hasta la mañana, contamos con un plan de autoprotección y una póliza buena para cubrir a los socios y terceras personas que puedan venir al campamento. Trabajamos con materiales peligrosos y no está de más que todo el mundo esté asegurado. 

Parte de los vecinos de Xinzo transmite, de alguna manera, que el Esquecemento es una fiesta ajena a ellos o exclusiva de un grupo concreto, ¿ustedes lo perciben así? 

Yo sé que no hay una acogida tan grande del Esquecemento, como la puede haber del Entroido. Lo sabemos todos. El Esquecemento tiene la particularidad de contar con un recinto cerrado, visitable a cualquier hora, pero cerrado, y que está hecho para y por los socios. La gente entiende que es una forma de privatizar una fiesta, cuando de todo el presupuesto una cuarta parte se destina a seguridad y la mitad a hacer actividades por las calles de Xinzo. Nosotros pensamos la fiesta para el pueblo. 

Pero hay que pagar cinco euros para entrar a ese recinto... 

Sólo a partir de las 00,00 horas y más por seguridad que por otro asunto. El resto del día está totalmente abierto. 

Dado que esto va a seguir siendo así, y parece que parte del pueblo y de los hosteleros no terminan de involucrarse, ¿habría que plantear la fiesta de otra manera o motivarlos, por ejemplo, a vestirse de época?

El año que llegué yo a la coordinación había unos 200 socios, ahora, después de cuatro años, rozamos los 500. Quizás la aceptación esté creciendo lentamente, pero cada vez es mayor. Hay comercios que apoyan muy bien de forma económica la fiesta y eso es que entienden que no sólo se hace para el campamento.

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