Igor Vidmar es un peregrino esloveno en el Camiño Miñoto Ribeiro
El esloveno Igor Vidmar, acompañado por su hija de 11 años, Beatrika, completó el pasado miércoles, 27 de julio, los 240 kilómetros de distancia entre Braga y Santiago de Compostela, tras recorrer el Caminho da Geira, el primitivo itinerario que cruza la comarca de O Ribeiro. Este técnico del Museo Nacional de Eslovenia, ubicado en la capital, Liubliana, también preside la asociación de Amigos de los Caminos Xacobeos en su país natal.
¿Qué tal ha resultado la experiencia?
Muy gratificante. Era la primera vez que recorría este Camino Jacobeo, pero estoy muy contento por haberlo finalizado y, además, no tuvimos problemas con la meteorología, aunque sí sufrimos bastante calor durante algunos días. Mi hija y yo salimos de Burgos para Braga y allí comenzamos el trayecto. Estamos algo cansados, pero valió la pena.
¿Ya había realizado el Camino con anterioridad?
Sí. El Camino Francés, desde Lourdes, en varias ocasiones. Desde la Asociación de amigos, que tiene unos 200 socios, aproximadamente, organizamos varias rutas coincidiendo con la declaración de Año Santo.
¿Hay una motivación espiritual?
En Eslovenia tenemos un profundo sentimiento cristiano, que nos implica y nos lleva a plasmarlo a través de nuestro colectivo en la promoción de este tipo de rutas siguiendo los pasos del Apóstol Santiago desde el centro de Europa.
¿El alivio tras la pandemia también influyó?
Fue como una liberación tener la oportunidad de salir del país y viajar después de las limitaciones derivadas del covid. Yo mismo trabajé como voluntario para la Cruz Roja eslovena durante algo más de siete meses, ayudando en el traslado y hospitalización de enfermos.
¿Fue bueno el trato durante el Camino?
Muy bueno. Sobre todo, el dispensado por la asociación de Amigos do Caminho da Geira, que nos proporcionaron ayuda en todo momento, tanto en Portugal como en Galicia.
¿Y qué tal la gastronomía?
La mejor del mundo, por ella estamos dispuestos a repetir la aventura.
