La música salva a mucha gente

La cantante africana y embajadora de Unicef Angeline Kidjo, que actuó ayer en el Festival Tendencias de Salobreña (Granada), se define como una artista ‘comprometida’ con la lucha por la tolerancia y la libertad, ya que, a su juicio, ‘la música salva a mucha gente y puede contribuir a la paz’.
Kidjo, conocida por ser una de las voces negras con más potencia y encanto, ha asegurado que a través de su música intenta reflejar su visión del mundo y lo que realmente es, sin olvidar sus raíces.

Los ritmos directos, fuertes y energéticos, sacados de las tradiciones de su tierra natal, Benín, se entremezclan sutilmente con sonidos de reggae, samba, funk, gospel o jazz, y lenguas tradicionales como el fon o el yoruba, algo que considera como ‘un mestizaje de diferentes culturas musicales’.

Nominada cuatro veces a los premios Grammy gracias a su último disco ‘Djin Djin’, Kidjo, se siente ‘orgullosa’ no sólo por este reconocimiento, sino por haber cantado con grandes figuras del panorama musical como Alicia Keys, Peter Gabriel o Carlos Santana, además de haber versionado a The Rolling Stones o Jimi Hendrix.

‘Descubrí la existencia de la esclavitud cuando tenía nueve años, al ver la cobertura del disco ‘Electric Ladyland’ de Jimi Hendrix, por lo que quise saber cómo mis padres afroamericanos vivían esta parte de nuestra historia’, ha dicho Kidjo. Aunque el álbum ‘Oremi’ ha sido el que ha llevado a Angelique Kidjo a su consolidación definitiva dentro del panorama musical, ya desde niña tenía clara su vocación como artista porque empezó a cantar a los seis años y formó además parte del grupo de teatro de su madre.

‘Siempre la música me ha acompañado en mi vida y es gran parte de lo que soy hoy’, ha afirmado la cantante; sin embargo, también quería ser abogada especializada en los Derechos Humanos para ‘luchar contra la opresión de las libertades’. Kidjo ha explicado que esto se debe a que desde joven ha sufrido los constantes conflictos políticos de Africa como consecuencia ‘de la corrupción de los dirigentes’, hasta el punto de que tuvo que emigrar a París. ‘Para un joven africano construirse un futuro en Africa aún sigue siendo algo muy difícil’, ha explicado, y lo más duro, a su parecer, ‘es vivir con esto todos los días y no poder hacer nada’, sobre todo en el caso de la mujer, porque continúa siendo el sector ‘más desfavorecido’.

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