Libros raros y curiosos sobre Ourense-13 | 1895

Normas para el buen ciudadano

Portada del folleto.
photo_camera Portada del folleto.

Acababan de aprobarse las Ordenanzas Municipales del ayuntamiento de Orense, previamente aprobadas también por el presidente de la Diputación y el gobernador civil. El alcalde, don Ricardo Novoa, ordenaba su publicación en un folleto impreso en la imprenta del periódico “El Eco de Orense” para ser distribuido entre los ciudadanos.

Los límites de la ciudad estaban marcados con mojones y se dividían en cuatro distritos con un teniente de alcalde cada uno y divididos en secciones con alcaldías de barrio. La primera ordenanza era que los habitantes de la ciudad “deben prestar obediencia, respeto y consideración a los representantes de la autoridad” y queda claro que “el principal deber de la guardia municipal era velar que se cumplieran las ordenanzas “. Después de esta premisa vienen los artículos que afectan a la vida cotidiana de los ciudadanos en distintas vertientes -algunos aún en vigor- y reflejan muy bien cómo eran las costumbres de su tiempo.

En la vía publica se debe circular por la derecha, los que porten bultos grandes caminarán por el centro de la calle, no se pueden formar corrillos, ni partir leña, cantar canciones obscenas o vestir trajes antimorales. No se permite ejercer de embaucadores, echadores de cartas o intérpretes de sueños. En las fiestas populares los vecinos podrán disfrazarse excepto con uniformes militares o “disfraces asquerosos”. Para dar serenatas a la novia hay que pedir permiso, no se puede tocar la bocina ni pintar las paredes. Serán multados los que maltraten a niños en la calle y estos no pueden circular en pandillas después de las 12 de la noche. Los mendigos también necesitarán permiso para ejercer como tales. Los carruajes no pueden circular a galope y los que transporten gente llevarán dos farolas al lado del conductor. Cualquiera puede matar a un perro si se ve atacado por este y todos deben llevar bozal y estar atados. Se prohíbe atar por las patas a las gallinas y los cabritos. No podrán colocarse carteles fuera del lugar señalado para eso. Los propietarios de edificios serán multados si no tienen limpio el portal, las ropas de enfermos y de beneficencia no podrán lavarse en los lavaderos públicos que estén dentro de la ciudad.

Del 1 de junio al 30 de septiembre se permite bañarse en el Miño en los sitios autorizados y siempre con traje de baño. Por supuesto no se puede orinar o “hacer aguas” en las calles de la ciudad  Las “casas de lenocinio”, solo se permiten en los barrios extremos y “las pupilas” no pueden estar sentadas en las aceras ni situarse en la calle antes de las 10 de la noche.

Las calles estaban clasificadas de primero (con más de 12 metros de ancho), segundo y tercer orden (de 6 a 12 metros). En los espectáculos públicos que se celebren en la calle, siempre con permiso y con lugares reservados para las autoridades, los asistentes estarán sentados, callados y con la cabeza destapada. Se prohíbe disparar y tirar piedras a los árboles. Posiblemente muchas de estas ordenanzas podrían recuperarse y ponerlas en vigor para hacer mas agradable la vida a los ciudadanos.

(Fondo Biblioteca Diputación).

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