ourense no tempo

Planchadoras

Fotógrafo: José Pachecho. 5 febrero de 1969. Papel fotográfico. Colección personal de Camy Otero..
photo_camera Fotógrafo: José Pachecho. 5 febrero de 1969. Papel fotográfico. Colección personal de Camy Otero..
A mí me parecía increíble ver aquellas señoras cogiendo puntos con aquellos ganchillos en un hilo que, por más que se empeñaban, yo no conseguía ver.

Muchos han sido los trabajos que la tecnología y la industrialización se han llevado por delante o están a punto de darles la puntilla. 

Entre los ya desaparecidos hace tiempo, esta uno que a mí siempre me llamaba la atención y cuando mi madre decía que iba a “llevar las medias a arreglar” yo me apresuraba para acompañarla. Recuerdo en especial dos talleres, uno en la esquina de la Plaza Mayor y otro en Santo Domingo. El caso es que a mí me parecía increíble ver aquellas señoras cogiendo puntos con aquellos ganchillos en un hilo que, por más que se empeñaban, yo no conseguía ver. Ya me lié; hoy la imagen -que por cierto es muy original, yo al menos es la primera que veo una de esta profesión- nos muestra un taller de planchado y almidonado.

Estaba, según me dice Camy, en la plaza de San Marcial y era propiedad de una tía abuela suya. Allí se “cuidaba” la ropa con esmero, planchar con aquellos hierros calientes, siempre con un cuidado exquisito de no manchar las piezas (utilizaban unos trapos para que el hierro no tocara directamente la prenda), almidonar aquellos cuellos que más parecían tablas que telas -era la moda-… Y algo que buscando como documentar la fotografía me ha dicho una amiga de cierta edad: no salía una prenda del taller sin “repasar”, que así se llamaba al vistazo final en el que se comprobaba que los botones no corrieran peligro, las costuras estuvieran en orden y no hubiera ningún roto que pudiera dejar en mal lugar al portador.

¡Ah! me olvidaba de comentar: el artículo más trabajado eran las camisas masculinas, como veis al fondo en la fotografía.

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