Como manda la tradición, los participantes llevaron de sus propios domicilios gran parte de los productos de la comida
Los vecinos de A Ponte se han vuelto a reencontrar con la tradición. Por segundo año consecutivo han organizado una comida campestre en el entorno del Miño, aprovechando la sombra de los frondosos árboles. Con ello se trata de recuperar una costumbre arraigada en muchas zonas, la comida campestre, coincidiendo con el buen tiempo o actos festivos. En este caso la reunión de amigos ha coincidido con las vísperas de los días grandes de las fiestas de A Ponte.
No faltó el buen humor, el ambiente de amistad y, por supuesto, la comida preparada al efecto. Y como manda la tradición, los participantes llevaron de sus propios domicilios gran parte de los productos de la ingesta.