El refectorio situado en el Claustro Barroco de Celanova recuperó por un momento la antigua actividad con la que había sido construido por los monjes benedictinos que ocuparon el Monasterio de San Salvador hasta el siglo XIX. Medio centenar de personas compartieron esta singular cena ataviados como los antiguos monjes, entre visitantes, actores y miembros de la organización.
La cita comenzó a las 22,00 horas con la bienvenida a los asistentes y el reparto de las ropas con las que dar una mayor caracterización al recorrido por las entrañas y la historia del convento celanovés. Acompañados por las luces de unas velas, fueron visitando cada una de las estancias y recreando diferentes pasajes de la vida de San Rosendo, fundador del edificio religioso, así como situaciones cotidianas de la rutina diaria de quienes lo habitaron durante varios siglos.
Todos los asistentes se mostraron muy satisfechos con el transcurrir de la visita, que lleva celebrándose en Celanova desde 2015. De cara al futuro, el proyecto del Concello es realizar una propuesta lúdica alrededor de un día monacal. Por el momento, han empezado por la cena, compuesta por un menú basado en un antiguo libro de principios del siglo XIX escrito por un monje anónimo. En él, el autor recoge cómo transcurren los días de la vida monástica. El resultado ha sido muy satisfactorio tanto para los asistentes como para la organización, que trabajará en perfeccionar y ampliar la actividad de cara al próximo año.
