Ha pasado más de medio año desde que Allariz iniciase su tradicional ciclo del pan. Fue a mediados de otoño cuando la "sementeira" puso a andar una rueda en la parroquia de Queiroás da Igrexa que no ha dejado de girar hasta este domingo para producir un pan totálmente alaricano. Antes de llegar a este paso final, han tenido que desarrollarse otros como la "seitura", la "malla" y la "moenda".
Con el horno listo y una gran cantidad de curiosos de todas las edades, el ciclo del pan llegaba ayer a la parroquia de Seoane, donde los vecinos estaban preparados para dar el último toque a este producto tan imprescindible en la gastronomía gallega. La fiesta etnográfica en torno al pan concluyó de este modo dando a probar a los asistentes los resultados del proceso de este año, que sigue fielmente los mandatos de la tradición popular. Pero como el ciclo no para, a mediados de otoño volverá a iniciarse con el cultivo de los cereales que permitirán a los vecinos de Queiroás da Igrexa y Seoane elaborar la remesa de pan del próximo año volviendo a reunir a cientos de espectadores en torno a la etnografía del pan.