VERANO

El verano, peligroso para la vista incluso en días nublados

Serafín Gavián, de la Óptica Apóstol.
photo_camera Serafín Gavián, de la Óptica Apóstol.

Optometristas advierten del peligro de comprar gafas de sol en centros no especializados

 

Salir más de casa, tomar el sol, ir de viaje... Estas costumbres propias del verano tan necesarias para romper la monotonía conllevan sin embargo un riesgo que pocas veces se tiene en cuenta, el de exponer a los ojos a una cantidad mayor de radiación solar. De no tomar las precauciones adecuadas, esta sobreexposición puede derivar en problemas de visión tanto a corto como a medio y largo plazo.

Estos peligros se pronuncian habitualmente por una incorrecta protección ante la radiación ultravioleta. Para evitarlo es necesario utilizar lentes de sol, pero los optometristas coinciden en que no todas valen para proteger el ojo. Muchas de las gafas que encontramos a la venta en todo tipo de comercios no tienen un filtro adecuado frente a los rayos UVA o directamente no han realizado los controles pertinentes. 

Serafín Gavián, de la óptica Apóstol, recomienda gafas de sol que tengan una protección UV400, es decir, que filtren los rayos con una longitud de onda menor de 400 nanómetros, evitando todo riesgo para la vista. En la escala de protección de la Unión Europea, esto equivale a un nivel 3 de 4.  Además, considera que es preferible que las lentes estén polarizadas para reducir el deslumbramiento producido por superficies reflectantes.

Las consecuencias de una protección insuficiente pueden ser, a corto plazo, quemaduras o perdida de lubricación ocular, que vuelven el ojo más vulnerable a por ejemplo contraer conjuntivitis. A medio y largo plazo, cataratas prematuras o problemas en la córnea y la retina. Gavián afirma que sólo las gafas adquiridas en un establecimiento especializado garantizan la protección adecuada, poniendo el ejemplo de farmacias que tenían a la venta modelos que él mismo examinó concluyendo que no tenían los filtros recomendados. En el caso de gafas adquiridas en puestos ambulantes, estas pueden llegar a provocar una visión dificultosa o mareos debido al efecto prismático que se deriva de una construcción inadecuada.

Otro peligro habitual propio del verano, según cuenta Esther Amaro,del Centro Óptico Amaro Quireza, es el de viajar largas distancias en coche sin utilizar lentes o utilizando unas inadecuadas. Según informes de la DGT esta imprudencia que pone en riesgo a todos los conductores es bastante frecuente. La experta aconseja realizar una revisión antes de un viaje largo, y emplear siempre las  lentes necesarias al volante. Respecto al caso concreto de las lentes de contacto, Amaro advierte del riesgo que puede suponer emplearlas en el agua, particularmente en piscinas, por la acumulación de cloro que se puede producir en la lentilla. Además, una higiene incorrecta puede provocar la aparición de hongos e infecciones oculares.

Por último, ambos expertos coinciden en que estos peligros no sólo no desaparecen los días nublados, sino que aumentan, ya que no se produce deslumbramiento pero sí se recibe incluso mayor radiación ultravioleta.

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