Los portugueses llegan en autobuses y ocupan mayoritariamente los merenderos públicos
Con temperaturas de nuevo abrasantes, de 29,3 grados, y unos cielos completamente despejados, los arenales de la comarca viguesa se convirtieron durante el fin de semana en un auténtico hormiguero humano, con problemas para aparcar en las inmediaciones desde muy temprano, autobuses llenos, y playas con todo el mosaico multicolor de sombrillas y toallas, y bañistas de Vigo y de fuera que ya no tienen miedo a que el agua esté fría. Después de dos fines de semana seguidos con temperaturas más bien frescas y lluvias en Vigo, este fin de semana tocó al fin verano, siguiendo la tendencia de los últimos cuatro días con temperaturas que rozaron los 30 grados y el viernes con 29,7, muy cerca del registro alcanzado el pasado 15 de junio, considerado entonces como la jornada más calurosa del año.
En Samil se estrena estos días la prohibición del Concello de Vigo de reservar mesas en las zonas del merendero. La prohibición de guardar sitio en los arenales con sombrillas y toallas existe en algunas playas del Mediterráneo, en algún caso debido a pequeños enfrentamientos entre veraneantes.
Madrugar para reservar una parcelita pública es una costumbre muy extendida en España, sobre todo en las playas de mayor afluencia de público. “En muchas zonas de Cataluña vas a las ocho o nueve de la mañana a la playa para coger sitio. Esto es así, si quieren prohibirlo aquí para que haya rotación de plazas pues ya que lo pinten de azul y monten un sistema como el de la ORA”, decía ayer un vecino de Barcelona afincado en Arcade.
En Vigo la prohibición es para la zona verde de Samil, donde están las mesas y sillas de piedra y donde la sombra está garantizada. La ocupan mayoritariamente vecinos portugueses, muchos ,mayores, que llegan en bus a las nueve de la mañana y que quedan 10 horas hasta que sale el bus de regreso.
