Alejandro Fernández, físico y mente sanos para la victoria

Disciplina, entrenamiento y también una mente fuerte son algunas de las claves para estar siempre que compite entre los mejores puestos. ¿Lo mejor del atletismo? No lo duda, el superarse a sí mismo, sin depender de los demás. Aunque para entrenar, lo mejor es hacerlo en grupo. Para los que se inician, aconseja empezar poco a poco. Precisamente hoy participa en la Sin Son 10K, una prueba que va de Portosín a Portoson. Perfil Nombre: Alejandro Fernández Rivera Lugar y fecha de nacimiento: Ourense, 8/8/1985 Profesión: Atleta y dependiente de una tienda de running Ahora tiene tras de usted un palmarés de seis San Martiño, la última en este 2021 con un tiempo de 29,33, se ha subido al podio siete medallas en campeonatos de España absolutos, ha sido dos veces internacional, y eso sin contar categorías menores… Pero todo tiene un comienzo, ¿cómo empezó esta afición al atletismo que hoy en día es uno de los ejes de su vida? Me inicié en el colegio, teníamos un profesor de Educación Física, Willy, que era un apasionado de correr. Así que, aparte de hacernos correr en las clases, íbamos a los típicos “crosses” que se hacían en Monterrey, a la San Martiño… y, encima, esas participaciones te hacían subir la nota. Así que entre que me gustaba y me subía la nota… siempre era el primero en anotarme. Y la verdad es que se me daba bien, tenía buenos resultados y, poco a poco, me fui enganchando y tomándolo más en serio. Ese profesor fue uno de sus referentes, ¿qué entrenadores le siguieron para inculcarle el amor y los valores por este deporte? Willy fue el primero, y a medida que se fue convirtiendo en algo más profesional, llegó un entrenador propio de atletismo, Carlos Quiroga, que estaba en el equipo que por aquel entonces tenía la Academia Postal. Le siguió Santi Saco, que ya fue mi entrenador desde la adolescencia. Todas estas personas eran apasionadas del atletismo y fueron dejando su poso en mí. Además, en mi casa, mi padre siempre fue una persona a la que le gustaba mucho el deporte, y el atletismo, uno de sus favoritos, así que también en casa iba “absorbiendo” esa pasión por el atletismo. En la San Martiño de este año, tras cruzar la línea de meta. Nos cuenta que empezó desde niño, cuéntenos, ¿por qué es tan importante que desde niños haya una afición al atletismo o a cualquier otro deporte para el futuro? Destacaría ante todo la salud. Hacer deporte es ganar en salud y a la batalla a ciertos problemas que uno se pueda encontrar en el futuro. A partir de ahí, es un estilo de vida que te inculca muchos valores. Esos valores son… La superación de uno mismo, el compañerismo, aprender que a veces en la vida las cosas salen bien, y, a veces, salen mal. Que hay que reponerse siempre. Salgan las cosas bien o mal. Son aspectos que luego vas a encontrarte en tu día a día en otros ámbitos y que, si haces deporte, ya los tienes dominados. En concreto, del atletismo, ¿hay algún valor más que sumarle a los que nos ha contado? Al ser un deporte individual, añadiría que este tipo de deportes tienen de especial que, para bien y para mal, dependes de ti mismo. Es decir, si un día las cosas salen bien, te las has ganado tú. Y si las cosas salen mal, no te puedes excusar en nada ni en nadie. Si yo corro mal una carrera… ¿a quién voy echarle yo la culpa? El deporte individual eres tú contra ti mismo. Alejandro Fernández, cuando fue Campeón de España de 10 km. en ruta en Albacete en el 2015. Es un deporte individual, pero a la hora de entrenar, se suele hacer en grupo. Individual, ya le llega la competición. El grupo es importante, sobre todo cuando tienes malos momentos. Algún mal resultado, épocas en las que no te va todo tan bien y no acabas de dar buenos tiempos, cuesta más salir a entrenar. Si tienes a tu alrededor personas positivas, que tiran de ti, se agradece. Cuando todo va bien, todo fluye, pero cuando las cosas se tuercen, tener ese apoyo, es esencial. Yo, gracias a ellos, he salido de momentos muy duros que tuve en el ámbito deportivo. E irte a entrenar en esta época, a cero grados, ver alguna alma por ahí haciendo lo mismo que tú, también se agradece… (risas). Nos contaba que desde niño entrenaba, es cierto entonces eso de que el atletismo crea cierta adicción. Es algo que pasa con muchos otros deportes. El atletismo es un estilo de vida. Personalmente, los días que por el motivo que sea no puedo salir a entrenar, noto que hay algo que me falta. Lo necesito. Yo ya no corro solo por tener buenos resultados. Lo hago porque lo necesito, me gusta, porque me permite descargar tensiones… es una parte fundamental de mi vida. Yo correría igualmente sin tener buenos resultados. ¿Qué es más difícil de entrenar, la parte física o esa mental de la que hablamos? Personalmente, la mental. Al final la parte física, yo, que llevo tantos años corriendo, ya me conozco perfectamente y tengo muy dominado el tema físico de mis entrenamientos. Sin embargo, el tema mental es más difícil. Por mis características personales, yo soy de esas personas que tienden a ver el vaso “medio vacío”… me cuesta ser positivo. Ese cierto “negativismo”, cuesta trabajarlo. Y es un aspecto en el que hoy en día cualquier deportista debe hacer hincapié para estar mentalmente sano y fuerte. Y ahora que parece “una moda” el “running”, e incluso el atletismo, ¿qué recomendaría? Lo primero, como todo en la vida, las cosas se tienen que hacer poco a poco. Depende de la edad que tengas, la condición física, el tiempo que tengas para dedicarle… pero lo que está claro es que cuando empiezas tienes que hacerlo de forma progresiva. No es ponerse unas zapatillas y querer hacer un maratón. Hay que ir poco a poco y progresando de forma natural, sin prisa. ¿Qué es lo mejor de este deporte? Para mí, competir contra ti mismo. No se trata tanto de ganar a los demás, sino de superarse a uno mismo. En las carreras, vas viendo llegar al resto de la gente, y da igual los tiempos que hayan hecho, llegan contentos a la meta porque se han superado a ellos mismos. Esa oportunidad de ser mejor en cada competición, creo que es una de las claves por las que la gente se está enganchando la gente a este deporte. Y para usted, ¿qué significa el atletismo en su vida? Por un lado, un segundo trabajo, porqué obviamente es muy difícil vivir de ellos. Económicamente es casi imposible dedicarse a ello solamente. Es un hobby, un estilo de vida, algo que me ayuda a levantarme por las mañanas y tener unos objetivos, que me hace feliz y que necesito en mi vida. Con su padre y uno de sus compañeros de entrenamiento en la San Martiño de este año. Me dice que es difícil vivir del atletismo. Es muy complicado. Es un deporte que económicamente tiene sus limitaciones. Hay gente que vive, y vive bien. Pero por norma general, no es el caso. Es un deporte complicado para ello. Volviendo a la San Martiño de este año, ¿qué significó ganar por sexta vez? Una de las más especiales y de las que más disfruté. El pasado año no se pudo celebrar por la pandemia, y ya se notaba en el ambiente las ganas de participar. Ganar la sexta es increíble. La primera la gané en el 2012 y estamos ya en el 2021. Ha pasado mucho tiempo y aquí sigo. Además, se había creado una gran expectación mediática por la presencia de la atleta olímpica de Baréin, Kalkidan Gezahegne. Sentí que la gente estaría más pendiente que nunca a todos los participantes de la carrera, y eso también gusta a un deportista. Que la gente ponga su foco en el deporte que practicas. ¿Cuándo toca la siguiente cita? Hoy mismo. Corro la “Sin – Son 10k”, que va de Portosín a Porto do Son. Luego acabaré el año corriendo alguna San Silvestre en el País Vasco. A partir de ahí, los dos primeros objetivos para el 2022 son en Valencia: el día 9 de enero una carrera de 10 km. y a finales de febrero, en Paterna, un medio maratón. Esto no para. No puedo menos que preguntarle, por las fechas en las que estamos y cóntandome que va a competir, ¿cómo lleva tanto encuentro navideño y gastronomía “a fartar”? ¿No le descentra un poco? La verdad es que un poco, un poquitito, uno se relaja. Es casi inevitable entre tanta reunión y comidas con familia, amigos… La Navidad nos descentra a todos los deportistas. Pero, al final, es una época bonita y es una vez al año. He competido otros años en enero y en febrero, con buenos resultados. Y si en vez de cuatro turrones se hay que comer dos, pues se hace y no pasa nada. Y ya para finalizar, ¿cuáles son sus objetivos a nivel deportivo? Los años van pasando y empiezo a tener una edad, y en atletismo, según vas teniendo más años vas corriendo distancias más largas. Pero tengo una deuda pendiente con la media maratón, que todas las que he corrido a lo largo de mi carrera deportiva no he acabado 100% satisfecho. A medio o largo plazo, ese sería mi objetivo. Preparar una maratón, por tiempo y estilo de vida no va a ser posible, pero sí que el año que me retire como atleta de élite, lo intentaría. Pero eso más adelante. Con la venia 1. Un deporte. - Atletismo. 2. Un atleta. - El que más me marcó de pequeño: Fermín Cacho, con el Oro en Barcelona. 3. Una banda sonora que suene en su casa. - Algo de todo. Por decir uno solo, Fito y los Fitipaldis. 4. Un recuerdo de su niñez. - Cuando mis padres me llevaron con dos años por primera vez a la piscina a nadar, que fue el primer deporte que hice. 5. Un lugar para perderse. - Las Rías Baixas. 6. Un viaje pendiente. - Asia. Me encantaría conocer Japón. 7. Una manía. - Competir siempre con los mismos calcetines. Bueno, cuando están “reventados”, los cambio. Pero me duran años. 8. Una virtud. - Aunque sea algo que más bien tendrían que decir los demás. Intento ser justo y buena persona. 9. Un defecto. - Soy muy muy despistado. 10. Un vicio confesable. - Me encanta el fútbol… y a veces hasta da problemas en casa con mi novia (risas). 11. Pierde la calma con… - Suelo tener el día muy bien estructurado y cualquier cosa que me haga cambiar los planes, salir de lo organizado, me pone muy nervioso. 12. Recobras la calma perdida… - Volviendo a ordenar lo desordenado. 13. Un sueño. - Ser feliz y disfrutar de la vida. 14. Un deseo de Navidad para nuestros lectores. - Que todo esto que estamos pasando acabe de una vez y volvamos a la “antigua normalidad”. No a la “nueva normalidad”.