Habana Rubio, joven promesa del mundo de la interpretación

La juventud de Habana Rubio no es incompatible con una exitosa trayectoria en diferentes musicales. De “Sonrisas y Lágrimas” a “El Rey León”, pasando por pequeñas incursiones en el cine hace prever que su futuro está lleno de grandes momentos en los que brillará como actriz. Y todo ello sin dejar de formarse, ni en el mundo de la interpretación ni en el ámbito académico donde también tiene planes. Pero antes, un verano de descanso, y con visita a Galicia, la tierra de su madre, incluída. Con una brillante trayectoria en el mundo de la interpretación a pesar de su juventud, ¿cuándo comenzó a sentir la llamada de ese camino? Con seis años mi madre me apuntó a una escuela de interpretación en Madrid porque siempre fui una niña con inquietudes artísticas. Me gustaba bailar, cantar, la música… Y con esa escuela me presentaba a todos los castings. Un día vi como buscaban niños actores para el musical “Sonrisas y Lágrimas”, pero para ser parte del elenco llamaban personalmente a los candidatos que recomendaban presentarse. Y a mí no me llamaron. Y, cada mañana, antes de ir al colegio pedía que me llevasen, que quería probar, que quería ser uno de esos niños de la familia von Trapp. Una y otra vez. Mi madre intentaba disuadirme, porque si no me elegían, podía frustrarme y no querer seguir en la senda de la interpretación. Finalmente, de tanto insistir y por ser tan pesada, la convencí, me inscribió ¡y fui la única de la escuela a la que escogieron! Ese fue el gran paso que me lanzó a este mundo. Un “chute” de motivación. Tenía 7 años, y mucho por aprender, pero ya no tuve la menor duda de que quería ser actriz y fui preparándome para ello. Para que los lectores la vayan conociendo… háblenos de su trayectoria sobre los escenarios. Comencé con 7 años en “Sonrisas y Lágrimas”, interpretando a Marta, la segunda hermana más pequeña de la familia Von Trapp. Fue mi primer musical y siempre será inolvidable. Para mí y para toda la familia. De estar en una escuela, siendo tan pequeña, de repente me vi subida al escenario del Teatro Coliseo de Madrid. Lo siguiente fue “El Rey León”, con 10 años. Hice el papel de Nala, la pequeña leona, durante dos años en el Teatro Lope de Vega de la Gran Vía. Fue un ambiente totalmente diferente al de “Sonrisas y Lágrimas”, no solo por la historia, sino también por pasar de ser una niña a una “leona”. Un cambio radical que me llevó a conocer gente maravillosa, a muchos actores de fuera de nuestro país, y a aprender muchísimo. Ahora me encantaría hacer de Nala de mayor... Antes de volver a los escenarios, formé parte de la serie “Yo quisiera”, que se emitió en Divinity, mi primera incursión en televisión. En el Teatro Nuevo Apolo de Madrid, hace dos años, hice el papel de Debbie, la hija de la profesora de Billy, la señorita Wilkinson. En este musical tuve la oportunidad de trabajar con la actriz Natalia Millán, que hacía de mi madre y a la que recuerdo con mucho cariño. El elenco era mayoritariamente adulto, lo que también supuso un cambio para mí. Sin duda, este fue mi trabajo más completo: tuve que aprender a bailar ballet, claqué, cantar, interpretar… y en ocasiones, todo a la vez. Fueron dos años de ensayos hasta que se estrenó y estuvo un año en cartelera. Ahora se va a Barcelona. Y lo último es su incursión en el cine con “La nueva normalidad”. Es un cortometraje rodado el pasado verano, dirigido por Álex Cortés y escrito por Alejandro Rodrigo. Forma parte de varios cortos en los que se aborda el tema del covid-19. Mi papel era el de una inmigrante marroquí en un centro de menores, Aisha, en un pueblo en el que se respiraba cierto racismo. Con este papel me estrené en el cine y me encantaría seguir teniendo experiencia en el mundo del cine. Para prepararse para un papel, ¿cómo son los ensayos? Se echan muchas horas, aunque siempre depende del musical. Cuesta empezar porque ves muy lejos la fecha de estreno, pero luego se va acercando y te subes al escenario, luego pruebas con el vestuario, luego con otros actores… y cuando te das cuenta estás ante el público. Y en casa ¿qué le dicen? Siempre me han apoyado, pero sin dejar que perdiese de vista la perspectiva de que tenía que formarme paralelamente y tener unos estudios. Y de que tenía que disfrutar también de la niñez y no vivir desde la infancia participando en series, teatro o películas, perdiendo esa etapa única. La formación académica es una base necesaria para tener un futuro. Por muy buena actriz que seas, nunca se puede descuidar esa parte educativa. En esa formación académica, ¿qué quiere ser “de mayor” además de actriz? Pues en este momento estoy centrándome en acabar el bachillerato para poder acceder a la carrera que quiero: Derecho Internacional y Administración de Empresas. Me encantaría hacerlo en EE.UU. y por eso tengo que aplicarme para poder sacarlos. Los estudios son muy importantes para mí y para mi familia. Cuando lo consiga vendrán más proyectos artísticos. Volviendo a la interpretación, siempre hay un motivo… ¿cuál es el suyo para ser actriz? Me hace feliz. Cuando estoy grabando algo, o tan solo preparando un casting, lo disfruto mucho. No es algo que tengan que pedirme o recordarme, sale de mí ponerme a ello para dar lo mejor de mí. Si trabajo como actriz, sé que será algo que me motivará cada día y que nunca me cansará. Complete la frase: Lo que más me gusta de ser actriz… Es una profesión en la que nunca dejas de aprender. No solo actuar, es cantar, bailar, hablar otros idiomas, saber ponerte en la piel de decenas de personajes… Siempre probando cosas nuevas. Sobre el escenario ¿qué siente? En mis actuaciones, siempre hay nervios, mucha adrenalina… ¡mucha felicidad! Y siempre con la meta de dar algo más de mí, de probar cosas nuevas, pequeño gestos para lograr despertar emociones en el público. ¿Teatro o cine? Yo he trabajado más en teatro, pero los dos tienen lo suyo. En teatro destaca la inmediatez, lo que pasa, pasa… no hay vuelta atrás. No se puede parar. No hay opción a repetir. Con lo que todo es mucho más real. En el cine siempre se pude rectificar e incluso hacer una cosa diferente. ¿Hay algún papel que le gustaría interpretar? Me gustaría ser “la mala de la película” (risas). Y creo que se me da bien. Ese papel y el de ser la “graciosita”. ¿Y alguna obra de teatro que le haya marcado especialmente? Desde niña he ido a teatros de todo el mundo. Desde Madrid a Nueva York. Y si algo nos encanta a toda la familia son los musicales y siempre que viajamos a Estados Unidos, hacemos parada en Broadway para disfrutar juntos de la propuesta. Si me tengo que quedar con una, diría “Billy Elliot”, por la historia que cuenta en sí misma. Un chico luchador, que persigue sus sueños y que logra alcanzarlos a base de esfuerzo. Ha pasado la pandemia al otro lado del charco, estudiando en Carolina del Sur, ¿cómo fue? Dentro de lo que cabe, allí ya había pasado el confinamiento, y no fue tan duro. Sí que con los miedos inevitables de si me pasaba algo o se ponían peor las cosas. Afortunadamente, todo salió bien y fue una gran experiencia. ¿Y cómo fue la vuelta? Uno se da cuenta de que como en casa, en ningún lado. Allí me lo pasé genial, hice muchos amigos, no me faltaba nada y me dio mucha pena dejarlos allí, pero volver es… ¡maravilloso! Valoras más las cosas que tienes, desde la comida a la ciudad de Madrid, que ahora la veo con otros ojos. Me ha ayudado a reflexionar sobre lo que tengo y a valorarlo más. Y en esos planes de vuelta, la visita a Galicia, tierra de su madre, ¿será pronto? Mi madre es de Ourense y desde que nací veraneamos en Nigrán, y con escapadas a Ourense. Siempre que podemos vamos y yo confieso que si tardamos en visitar Galicia, me falta algo. Allí encuentro paz, tranquilidad, una comida riquísima, vistas preciosas… ¡y duermo muy bien! Solo me falla el tener algo de mejor tiempo. Pero por mí estaría todo el año en Galicia. Con la venia 1. Un director/a. - Pedro Almodóvar. 2. Un actor/actriz. - Belén Cuesta, me encanta su sentido del humor. 3. Una película. - “Mamma Mía”, me encanta Meryl Streep. 4. Una serie. - Como defender a un asesino. 5. Un lugar donde le gustaría actuar. - Cualquier escenario es bueno. 6. Una banda sonora que suene en su casa. - Taburete. 7. Una prenda indispensable en su armario. - Unos pantalones campana. 8. Un recuerdo de su niñez. - El primer día que me subí a un escenario, con 7 años. 9. Brindaría por… - Por toda la familia, por su ayuda y apoyo en todo. 10. Un lugar para perderse. - Galicia. Me da tranquilidad y paz interior. 11. Un viaje pendiente. - India. 12. Un vicio confesable. - Los dulces. 13. Pierde la calma con… - Que me quieran hacer pasar por tonta. 14. Recobra la calma perdida… - Escuchando música. 15. Un sueño. - Poder trabajar de lo que yo quiera en un futuro y ser feliz con los míos. Que se cumplan missueños.