Moldeando el año con Gonzalo Eiriz

Gonzalo Eiriz firma la pieza "Lux Aurea" inaugurada recientemente frente al edificio del nuevo hospital de Ourense con motivo del centenario de la Escuela de Enfermería. Una pieza de acero pulido en la que se refleja la luz de la ciudad y que varia según los ojos de quien la mire. Una obra más en la trayectoria de un artista que se define como moldeador de elementos como la madera, el plástico y el metal a los que va dando forma hasta expresar lo que siente. ¿Su obra más especial? "La que me queda por hacer". Cuéntenos, ¿cuál fue su primer contacto con el mundo del arte? Mi familia está muy ligada desde siempre al mundo de arte. Mis padres tienen una tienda de enmarcación en Ourense, María Eiriz; mi padre realizaba montajes de exposiciones y con 7 u 8 años me llevaba en sus viajes. Recuerdo especialmente que el fue el encargado de la muestra “Galicia no tempo”, que se realizó en el monasterio de San Martiño Pinario de Santiago en 1991, y que marcó un antes y un después en el mundo de las exposiciones. En ella se recogieron piezas de toda Galicia, alrededor de 250, de escultura y joyería de entre el siglo XVI y la Edad Moderna. ¿Y sus primeros pasos? Cuando tuve un poco de “raciocinio” empecé a dibujar y pintar, y a presentarme a certámenes de artes plásticas. Pero no acababa de llenarme, me faltaba algo es esta disciplina y no le veía salida. Fue así como empecé a investigar con los volúmenes a través de lo que me aportaban los plásticos, metales, maderas… y acabé fusionándolos. Esa fusión de metal, plástico y madera, ¿qué ventajas tiene? Siempre encuentras algún elemento que transformar. Algo que estaba tirado, en desuso y sin valor, le acabas encontrando un valor y convirtiéndolo en algo bonito. Además, lo bueno de trabajar con esos materiales es que le puedes ir acoplando piezas hasta encontrar una salida. Hasta decidir que la obra está acabada. Que para mí está resuelta. ¿Quiénes diría que son sus influencias? Dos artistas ourensanos con los que compartí tiempo: Virxilio y Arturo Baltar, quien también era amigo. Verlos trabajar, la pasión que dedicaban a sus obras… era asombroso. Creo que también ellos me ayudaron a tomar la decisión de dedicarme al arte. Si visitamos su estudio, ¿qué nos vamos a encontrar? Un desorden ordenado. Con las paredes llenas y cosas por el suelo. Todo en un pequeño espacio, unos 3x4 metros, para tener todo lo que necesito a mano y en el que me encuentro muy cómodo para poder crear. ¿Hay algo que le inspire para crear? Me dejo llevar. Empiezo de cero y le voy dando la forma hasta que la tengo acabada. Busco que le diga algo a la gente. Al menos lo intento. ¿Cuándo sabe que la creación de una pieza ha finalizado? Tengo que obligarme a parar. Es difícil poner el punto y final a una obra. A veces, si la tengo casi acabada, me la quito de la vista. Es un peligro tenerla delante porque siempre te invita a seguir un poco más. Y puede que acabes estropeándola… El arte es una forma de comunicación. Sin duda. Es un lenguaje muy expresivo. De los más expresivos. ¿Qué es para usted el arte? Es una pasión. Una forma de liberarme, de ocupar mi tiempo. En el desarrollo artístico ¿cómo ha evolucionado? Noto más fluidez en la obra, como si estuviese más liberada. Podemos ver “Lux Aurea”, su última pieza, frente al nuevo edificio del Hospital de Ourense en un homenaje a la Escuela de Enfermería por su centenario. Háblenos de esta obra. Ya conocía a la Escuela de Enfermería por otros trabajos previos que me habían encargado. Me pidieron realizar una pieza con motivo de su centenario y así surgió. Se trata de una escultura de 2,80 metros de acero pulido trabajado artesanalmente. Resultó muy laborioso, alrededor de mes y medio de dedicación, ya que no puede ser realizado sobre moldes, sino que el acero es trabajado en el aire. Moldeando parte a parte hasta alcanzar el resultado final. ¿Qué representa? La silueta de una enfermera hecha con formas circulares, jugando con el espectador hasta el punto de hacerle creer que la obra flota, levantándose sobre sí misma en el aire. La pieza cambia según donde por donde la mires en un juego con aquel que se sitúa frente a ella. El nombre también es muy ourensano. Lux Aurea se debe al material en el que está creada, que refleja la luz de Ourense. ¿Hay alguna obra especial para usted? La que me queda por hacer. ¿Qué diría que es lo mejor del arte? Lo que te evoca y transmite cada pieza. Sentimientos, sensaciones... ¿Hay algún proyecto previsto a corto plazo? Alguna exposición, pero esperando ver como evoluciona todo. Y los encargos particulares, que son lo que más trabajo. Encargos para casas.