La capital italiana sorprende a los turistas por su arquitectura, por su variada y deliciosa oferta gastronómica y, desgraciadamente, por el elevado precio de los restaurantes
Ninguno de los dos jóvenes ourensanos podía imaginar el precio de la botella de agua que pidieron para acompañar la deliciosa comida.
Sí, es Roma, la bellissima Roma, pero... ¿6 euros por una botella de 0,75 litros?
Menos mal que la cuenta llegó una vez terminados los manjares, después de disfrutar de la lasaña y de la pizza y ajenos al precio final de la "paparota".
La próxima vez seguro que se llevan el agua de casa o piden la conocida como "agua del grifo". En las guías de viajes debería añadirse por norma su traducción en todos los idiomas posibles. Nunca se sabe dónde se paga el agua a precio de oro. Y oye, mejor quedar de "cutre" a que te "sablen".
