solidaridad

Prepara más de 100 almuerzos cada día para los chicos de su barrio

Algunos de los niños a los que ha entregado comida.
photo_camera Algunos de los niños a los que ha entregado comida.
La mujer lleva cinco años con esta actividad solidaria que empezó a llevar a cabo al percatarse que los amigos de sus seis hijos llegaban a su casa con hambre

En un pequeño barrio de St. Louis, en Missouri, Champale Anderson, una madre de seis niños, de 48 años, llega de su trabajo y se pone a preparar más de 100 almuerzos para los chicos con pocos recursos económicos de su comunidad. Una rutina que lleva haciendo cada día desde hace cinco años. 

Cuando Champale termina su turno de trabajo en una compañía de atención médica en el hogar, cerca de las 12:30 del mediodía, se apresura a llegar a casa para preparar el almuerzo al primer grupo de niños.

Los almuerzos los empaquetados en bolsas de papel y están a disposición de los chicos a pie de calle, en una mesa a la que ha llamado Champ Tears Drops. En cada bolsa se pueden encontrar bocadillos de jamón, pavo, mortadela y algún snack como galletas, patatas fritas y fruta.

Esta iniciativa altruista comenzó hace cinco años, después de darse cuenta de que los amigos de sus hijos a menudo tenían hambre cuando estaban en su casa. Anderson describe su vecindario como un lugar "hermoso" donde las personas se cuidan unas a otras, pero la zona que lo rodea, dijo, está plagada de pobreza y drogas. Es más, la mujer ha llegado a ver con asiduidad a niños pidiendo en las afueras de una estación de servicio cercana.

En todo este tiempo ejerciendo su labor, Champale no solo se ha encargado de preparar el almuerzo a los chavales. La mujer ha llegado a preparar desayunos para los niños que llegan más tarde al colegio, siempre tiene las puertas de su casa abierta, y, en numerosas ocasiones, ha llegado a hacer de taxista de niños que pierden el autobús escolar.

Todo este esfuerzo se ha visto recompensado con la puesta en marcha de una recaudación de fondos online en la que se ha reunido más de 38.000 dólares; una cifra mucho mayor que la meta original de 1.500 dólares. El objetivo de esta recaudación no es otro que ahorrarlo para poder abrir un centro recreativo gratuito para los niños del barrio de St. Louis.

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