Claves para el desarrollo personal de los y las jóvenes deportistas-estudiantes
La salud, la educación, la cultura, el arte, el deporte son dimensiones fundamentales para la vida. No hay cultura sin vida, educación sin cultura, salud sin deporte, y del mismo modo, tampoco podemos imaginar una sociedad con educación sin deporte.
La trascendencia de estos pilares radica en su defensa directa del derecho de todas y todos a una vida plena, garantizando los derechos más elementales de los seres humanos: el derecho a la salud, a la educación, al deporte y a la cultura, al concebir la vida humana, tanto en su dimensión física como moral.
Así, garantizar el pleno acceso de la población infantil y juvenil a los servicios de educación y deporte al mismo tiempo, para formar y potenciar todas las capacidades humanas y promover un desarrollo integral de calidad, es una de las tareas fundamentales de cualquier sociedad moderna.
El desarrollo integral de la persona, busca fomentar y desarrollar valores básicos como la responsabilidad, la inteligencia, la justicia social, el respeto a la diversidad, la tolerancia y el desarrollo sustentable de la persona. Promover el desarrollo integral de un estudiante o de un deportista (o de un estudiante-deportista), implica el crecimiento multidimensional de la persona, desarrollando aspectos como la inteligencia emocional, intelectual, social, moral y ética, espacial o corporal.
Aval
Varios autores expertos en neuroeducación y en psicología avalan esta tesis. Podemos tomar como ejemplo a Howard Gardner, como pionero en elaborar y desarrollar la teoría de las 8 inteligencias múltiples, como base para el desarrollo integral de cualquier niño/a o adolescente. Esta teoría, referente en cualquier modelo educativo del mundo, defiende que los humanos tenemos infinidad de capacidades y potenciales, que vamos desarrollando poco a poco en función del contexto, la cultura, la educación, la familia…
Por lo tanto, las acciones y el desempeño que hacemos tanto en la educación como en el deporte, es fundamental para el desarrollo de estas inteligencias, y por lo tanto del desarrollo integral del deportista. Esta cuestión, debemos de tenerla presente, hacerla valer y dotar de su importancia en nuestra labor como educadores dentro del deporte. Ya seamos monitores/as entrenadores/as, profes, padres o madres, tenemos la responsabilidad de trabajar día a día por este modelo, independientemente de los objetivos personales y/o profesionales.
Medio educador
El deporte, no sólo la práctica deportiva, sino entendido de forma global con todo lo que ello conlleva: profesionales, medios y recursos materiales, medios económicos, infraestructura, familias, deportistas, entidades públicas y privadas… son los principales agentes del sistema que interviene en el correcto funcionamiento de la práctica deportiva, y por lo tanto del desarrollo integral y educativo del joven deportista. El deporte es el medio ideal para este desarrollo de los y las jóvenes, pues el lugar donde se produce gran parte del aprendizaje significativo y del desarrollo de todas esas inteligencias múltiples.
De vez en cuando cabe recordar que un/a joven estudiante, simplemente con la práctica deportiva continuada, formando parte de un club o de un equipo, va desarrollando poco a poco aspectos tan vitales como la responsabilidad, la comunicación, el cuidado del medio ambiente, la creatividad, la cooperación, el análisis crítico, la autoconciencia, la expresión corporal, la lógica y el razonamiento, y tampoco podemos olvidarnos del dominio de las emociones. En todo ello consiste el desarrollo integral y la formación de la persona.
¿Cómo fomentar una educación integral del deportista?
1. Prestar atención a nuestros estudiantes y deportistas. Esforzarse en conocer sus puntos fuertes y débiles, en saber más de ellos, y así detectar esas necesidades para poder trabajarlas con ellos y ellas.
2. Recordar que cada persona es única, entender que cada persona tiene sus capacidades y habilidades, y no meter a todos en el mismo saco. Identificar dichas particularidades y desarrollarlas será siempre tarea de los educadores.
3. Ser realista y objetivo, tener presente que somos más que entrenadores/as, y que ellos y ellas son más que estudiantes, y más que deportistas, son personas. Debemos también poner el foco en otras cosas que no son solamente el aprendizaje de una materia o el propio rendimiento deportivo.
Equipo: UPCD-Libredon