Ciencia: El día más largo
Son cuatro las fechas en el calendario anual en las que el Sol produce un fenómeno especial. Dos de ellas son los equinoccios y tienen lugar en el comienzo de la primavera y el otoño. En ese momento, el astro rey se encuentra totalmente alineado con el Ecuador terrestre y eso hace que las horas de luz y las horas de noche tengan exactamente la misma duración.
Frente a ellos, los solsticios, que también son dos y producen un efecto contrario entre ellos. Uno coincide con el inicio del invierno. El 21 de diciembre es el momento en el que la Tierra está más inclinada hacia el Sol dejando el Polo Sur más cerca y haciendo que en el hemisferio Norte tengamos la noche más larga del año y, por consiguiente, el día más corto.
El segundo solsticio coincidirá con tu fiesta de fin de curso. El 21 de junio, el día durará 15 horas y la noche no llegará a 9, así que disfrutaremos de la mayor cantidad de tiempo de luz de todo el año. Otras cosas que pasarán ese día es que el curso escolar estará a punto de terminar y, por supuesto, comienza la estación más esperada: el verano.
Historia: Fiesta legendaria
En todas las culturas alrededor del globo terrestre, el solsticio de verano significaba época de fiesta. Para los pueblos prehistóricos, la llegada de la estación más calurosa y de más horas de luz significaba el resugir de los campos y la recogida de las cosechas, por lo que suponía una etapa de bonanza y alegría. Las hogueras como centro de las celebraciones datan ya de los antiguos pueblos celtas.
Lengua: Sol quieto
El origen de la palabra “solsticio”, como la mayoría de nuestro vocabulario, procede del latín y de dos términos: “sol” y “stare”, que significa “detenerse”. Otras versiones sitúan su etimología en “statum” (estático) o “sistere” (quieto). En cualquier caso, se trata de un vocablo que significa que el Sol está quieto y viene de que durante varios días alrededor de las fechas correspondientes la estrella del centro del Sistema Solar parece permanecer inmóvil.
Celebraciones: Monumentos
Toda fiesta del solsticio tiene sus lugares sagrados. En la Antigua Grecia era el Monte Olimpo -el lugar donde se creía que vivian los dioses- el punto de reunión para disfrutar juntos del amanecer. Pero es el británico Stonehenge uno d elos más conocidos. En este monumento de origen celta todavía hoy se celebra cada 21 de junio un festival de música y baile. En Suecia se celebra también la fiesta del Midsommar, la más popular del país. Más allá del Océano Atlántico, México tiene sus propios monumentos para celebrar al Sol. La pirámide más conocida de la cultura azteca, Chichen Itzá, consigue un particular efecto luminoso durante el amanecer del 22 de junio.
San Juan: La noche más mágica
Asociada al solsticio de verano está también una de las fiestas más grandes de Galicia. Es la víspera de San Juan y se celebra durante la noche del 23 de junio. Al día siguiente, la comunidad cristiana conmemora el nacimiento de San Juan Bautista y constituye la fiesta de la purificación. España es uno de los países donde esta festividad cuenta con mayor tradición y se remonta ya a las poblaciones prehistóricas. En Galicia todas las parroquias y municipios se unen durante la noche del 23 a un ritual que, por lo general, incluye una sardinada -porque comienza el tiempo de consumo óptimo de este pescado- y una hoguera sobre la que saltar para dejar atrás los malos espíritus y llegar al día 24 “renacidos”, puesto que el fuego también tiene ese componente purificador. Típico es también dejar agua con flores en el exterior durante la noche y lavarse con ella la cara a la mañana siguiente.
