ESCOLA DE PAIS

La salud se aprende

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La obesidad infantil se ha convertido  en un problema de salud de primer orden en nuestra sociedad

Su presencia se asocia con un incremento de riego para otras enfermedades que se presentarán no solamente en la adolescencia si no también posteriormente a lo largo de toda la vida: diabetes, hipertensión arterial, enfermedades cerebrovasculares (lo que se denomina “envejecimiento vascular prematuro”), hígado graso etc. Por lo tanto es primordial el reconocimiento de la obesidad infantil como una condición patológica. 
La obesidad infantil es un tema de interés médico desde hace más de 150 años. Hasta la mitad del siglo XX la prevalencia de obesidad infantil en países desarrollados era relativamente moderada. Sin embargo en las ultimas dos décadas su prevalencia ha alcanzado proporciones epidémicas.

Sirva como ejemplo Estados Unidos, con una tasa de obesidad (no sobrepeso) de casi el 35%. En España, casi el 45% de los niños y niñas de seis a nueve años en España sufre exceso de peso, según la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), cuyo último estudio sobre alimentación, actividad física, desarrollo Infantil y obesidad detalla que el 26% presenta sobrepeso y el 18% obesidad. La causa principal de ello es el fácil acceso a alimentos baratos con alto contenido calórico. Un reciente estudio reveló que el 90% de los niños españoles de uno a tres años consume más del doble de las proteínas diarias aconsejadas por una ingesta excesiva de leche de vaca y carne, y casi la mitad supera en el 30% las recomendaciones internacionales. Tanto es así que España es el segundo país europeo con mayor tasa de sobrepeso y obesidad infantil después de Grecia, y es un problema en aumento. Del estudio PAIDOS, de 1984, en que se cifraba en el 6,4 %, se pasó al 16% del ENKIN (1998-2000) y al 18,3% del ALADINO (2011), el último disponible.


En base a esta alarma social, se acaba de inaugurar recientemente el Observatorio de la Nutrición y Estudio de la Obesidad, cuya ratificación comunicó el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. Dicho organismo estará presidido por el cardiólogo con base en Estados Unidos, Valentín Fuster, quien señaló que "la clave está en inculcar a los niños la importancia de la salud para que en el futuro sean adultos sanos y eso es algo cultural, que llevará años". Fuster lleva de hecho varios años trabajando en este campo a través de su fundación Science, Health and Education (SHE) de Estados Unidos, para educar en "hábitos saludables" a niños y adolescentes de entre 3 y 16 años "porque muchas enfermedades cardiovasculares nacen de malas costumbres" adquiridas en esa etapa. Entre las funciones de este organismo estará la de recabar información sobre los hábitos alimentarios y analizar los datos sobre la publicidad de alimentos, con especial atención a la dirigida a los menores, y proponer al Ministerio iniciativas para luchar contra el exceso de peso en la infancia y adolescencia. 


CAUSAS
Por lo tanto, la base principal de esta problemática está en la dieta y en la falta de actividad física. La implementación de la dieta mediterránea, cuya base se sustenta en el aceite de oliva, es algo primordial tanto en las familias como en los colegios y debemos de ser tajantes en lo referente a aceites refinados y productos de fabricación industrial (bollería, refrescos, etc). El segundo pilar es la actividad física. La falta de actividad física en la población infantil se está convirtiendo en un problema serio en los países desarrollados. Parece que la televisión y los ordenadores han sustituido al ejercicio físico y el aire libre. El ejercicio físico no solamente tiene efecto beneficioso en varios factores de riesgo asociados con la obesidad (reduce la presión arterial, mejorar el metabolismo lipídico y disminuye la sensibilidad a la insulina) si no que también mejora el exceso de energía acumulado en la grasa y por lo tanto ayuda a reducir la masa adiposa. 


La educación referente a dichos hábitos alimentarios y en los estilos de vida provienen de varios niveles, pero personalmente querría destacar dos: la dada por padres y educadores escolares y en segundo lugar por los medios publicitarios. Al hilo de la importancia de la educación en la obesidad infantil, es primordial la promoción de salud desde los hogares y colegios. Los niños, sin dejar de ser niños y sin caer en irracionales cánones de belleza, han de entender que la salud es un asunto prioritario. Se pueden plantear actividades divertidas o formar escuelas-talleres en los colegios en los que se introduzcan nuevos alimentos en su día a día para que los conozcan. Nuestra imaginación no debe tener límites a la hora de jugar y aprender con los niños. Pero no solo tendremos que formar a los niños si no también a los adultos. Bien desde dichas escuelas u otras organizaciones se pueden crear talleres de nutrición, en los que se explique la correcta alimentación de la familia, cómo hacer platos más apetecibles para los pequeños de la casa, etc.  


Referente a los medios publicitarios la televisión e internet juegan un papel fundamental. Desde mi punto de vista, como va a ser imposible luchar con un lobby tan fuerte como el de los refrescos y similares, deberán ser los padres y educadores quienes se encarguen de evitar – limitar, el acceso al marketing de los diferentes medios publicitarios. Por lo tanto, en conclusión, debemos de atacar, y además hacerlo de forma temprana, el problema de la obesidad infantil desde un enfoque integral. Será primordial que trabajemos todos juntos para incentivar la actividad física en los niños además de políticas de alimentación cardio-saludables. Si tenemos ahora éxito en la promoción, consecución y mantenimiento de dichas políticas, estaremos reduciendo los pacientes del mañana.

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