Un COB lastrado por las bajas cae por agotamiento ante el Castellón (76-64)

Un momento del partido del COB.
photo_camera Un momento del partido del COB.
El equipo ourensano dominó el partido los tres primeros cuarto con ventajas de más de 10 puntos, pero se hundió en el último lastrado por las bajas

El COB jugó un partido sobresaliente durante los primeros 20 minutos, notable los cinco siguientes y se esfumó totalmente en los 15 últimos. Pasó de confiar en una victoria clave para escapar de los miedos del descanso a encajar de una derrota muy peligrosa para caer en las dudas. De tener totalmente controlado al Castellón en defensa y jugar cómodo y equilibrado en ataque a llegar tarde a casi todo en campo propio y aturullarse hasta la desesperación cada que tenía que mirar el aro. Una transformación tan radical hasta la impotencia que cuesta explicarla desde algo más que no sea la falta de físico.  

Hasta ese minuto 25 el COB era dueño del partido. Ganaba por diez puntos de diferencia (43-53) con la naturalidad del que es mejor en la teoría y también en la práctica. Dominante desde el salto inicial. En nueve de cada diez ataques los de Félix Alonso encontraban tiros liberados o canastas cómodas cerca del aro. Un baloncesto fluido, con los referentes claros y sabiendo buscar las ventajas contra un rival que redoblaba esfuerzos con Jhornan Zamora pero no podía nunca con Fahrudin Manjgafic. A la que se sumaba alguien más a la aportación ofensiva la renta cobista crecía sin problemas. Fue así en cada uno de los tres primeros cuartos.

En el primero fue Jhornan Zamora el “escudero” de Manjfafic. El líder del COB anotó 5 puntos y dio 4 asistencias rompiendo una y otra vez la defensa local. Ahí el COB ya había dado el primer aviso con 12 puntos de ventaja (13-25).

En el segundo cuarto fue Chaz Williams el que tomó el relevo. El base soltó amarras y jugó con la rapidez en las piernas que siempre tiene y con la muñeca que la falta. Clavó tres triples, apretó en defensa y el COB jugó cómodo todos los minutos. Otros seis puntos de Manjgafic y cinco de ventaja que sabían a poco (38-43).

A la vuelta de vestuarios tampoco cambió el partido. El descanso ayudó a un COB ya cansado y le dio para tener otros cinco minutos de baloncesto controlado y dominante. Paco del Águila falló un triple para poner al COB con 14 puntos de ventaja  y el Castellón era incapaz de contener a un rival con facilidad para anotar con todos los jugadores que estaban en pista (40-51).

Nesbitt y Stutz aparecieron para apagar el incendio y sin saberlo el COB se empezó a ir de un partido del que desistió mediado el último cuarto.

Lo que parecía cuestión de puntería pasajera pasó a ser un problema dramático de piernas y crónico de brazos. El equipo ourensano se desplomó hasta encajar un parcial de 22-1 (65-54) tan demoledor como increíble para el que hubiese visto el resto de la película. Tuvo el orgullo y la puntería de Manjgafic el COB para evitar una derrota todavía más grosera, pero a la vez injusta.  

La marcha de Shaun Willett deja al equipo ourensano sin el rebote que lo equilibre en las zonas y sin el músculo que le falta en el perímetro. Sin Seydou Aboubacar ni Stojan Gjuroski ya hacía equilibrios para mantenerse sentado, pero sin una pata más la silla se case.

Le tocará esta semana buscar el fichaje que vuelva a ponerlo en pie y cruzará los dedos para que las lesiones le den un respiro a un COB que ha “regalado” demasiados partidos jugando en inferioridad, pero que aun así tiene espíritu y jugadores para acabar la temporada sin agobios. Le toca sufrir, pero también así se valoran más los objetivos.

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