El Club Ourense Baloncesto inicia un nuevo proyecto tras la salida definitivamente de la gestión de su máximo accionista, Pedro Fernández, y de la empresa que representa, Grupo Hereda. El pasado 27 de junio Pedro Fernández salió del edificio administrativo de la Xunta (Casa de Chocolate) eufórico. Con lo que él creía el control del COB bajo el brazo y anunciando fichajes imponentes desde el día siguiente. Los jugadores no llegaron nunca al Pazo y los que lo acompañaban en aquel viaje no quisieron ser cómplices de sus ideas para hacerse con la mayoría del accionariado que no había comprado. Cinco meses después, en el mismo sitio, se fue antes de tiempo de la junta, sabiéndose rechazado por el resto de accionistas y tras reclamar todos los puntos del orden del día y sin querer aceptar que su tiempo en el COB ha terminado. Sigue siendo el máximo accionista, pero sin capacidad alguna para entrar en la directiva del club. Bloqueado para tener peso alguno en la toma de decisiones.
La junta general de accionistas de ayer fue la más larga y tensa que se recuerda. Casi dos horas de enfrentamiento entre el CEO del Grupo Hereda y un club al que representaba su presidente, Eduardo Villar, y el secretario de la junta, Nicolás Rey. Todo cuánto proponía o reclamaba le fue tumbado con los votos en contra de Concello, Diputación y la mayoría del resto de accionistas minoritarios que estaba en la sala. Dos votos a favor que no sumaban un 1% y tres abstenciones fue todo lo que se llevó de la sala. El resto no lo quieren más en el club.
Un constante choque de opiniones y de datos que lo dejan arrinconado. Empezando por las cuentas de la temporada pasada, en la que él tenía firmada la cesión de la gestión deportiva y económica del club y que se terminó con unas cifras auditadas que descubrieron unas pérdidas de 166.115,24 euros. Muy lejos de los beneficios pomposos que anunció públicamente en varias ocasiones el ya ex directivo del club. Con la calculadora en la mano, el que iba a ser el impulsor económico del proyecto termina costándole dinero a un club del que todavía es el máximo accionista con poco más del 20%.
Tampoco pudo sacar adelante la disolución del Consejo de Administración que pretendía y que sale muy reforzado tras contar con el apoyo del Concello y de la Diputación. Ese era el punto clave del día y el que decide el rumbo del proyecto. Tras contar antes con el apoyo del alcalde, Pedro Fernández se queda ahora totalmente fuera del COB en este nuevo proyecto. A la vez, la Diputación confirmó lo anunciado en la anterior junta, vuelve a apoyar al consejo una vez que Pedro Fernández está fuera de él. El empresario madrileño incluso hizo constar en acta que no aceptaba como válido el voto de la institución provincial.
Proyecto nuevo
El consejo empezará a trabajar desde hoy con la continuidad de Eduardo Villar como presidente y también de dos consejeros, Antonio Fernández y Francisco González, que representan al Concello, pero rearmado con la llegada de dos expresidentes como Camilo Álvarez y Roberto Fernández Añel. Además, el empresario Eulogio Ozón seguirá en un proyecto al que se unen Hugo Iglesias y Rubén Carballo. Cuadrar un presupuesto aprobado de 867.000 euros para esta temporada será el objetivo de un club que ahora, sin dudas en la oficina, tiene capacidad para decisiones también en la cancha.
