El COB da un paso adelante insuficiente, frente al Valladolid

(Ana Puente/Real Valladolid)
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El COB mejoró mucho su juego y compitió en Valladolid, pero el nivel de las rotaciones no le dio para ganar en una pista muy complicada

Ganar era el objetivo prioritario y competir una necesidad para un COB que debía mostrar en Valladolid cuál es su verdadero nivel. Fue imposible lo primero, pese al indiscutible paso adelante en el juego que le sirvió para mandar en el marcador durante muchos minutos, y a la vez dejó cada vez más claro el rumbo que quiere tomar en el estilo y en los roles.

El COB llegó con opciones a la mitad del último cuarto (64-60) y en todos los minutos anteriores fue un equipo más competititivo, sólido y consistente que hasta ahora.  La pizarra y el mensaje de Guillermo Arenas quedan claros, tiene jugadores para tirar del carro, un banquillo muy limitado e insuficiente ante rivales con  más nivel y un jugador con el que no cuenta, Chaz Williams.

Pilepic y Willet tienen, por fin, el peso del equipo desde el perímetro. El croata anotó 17 puntos, sin bajones y asumiendo liderazgo. El norteamericano hace de todo y acabó con 14 puntos y 11 rebotes. El equilbrio lo puso Aboubacar, enorme en las dos zonas y autor de 16 puntos, pero demasiado solo. Él es el juego interior del COB, no hay más.

Con las caras y las cruces de Peciukevicius y Gjuroski y rotaciones controladas y limitadas del banquillo, el COB fue superior en juego al Valladolid y muchos de los minutos también por delante en el marcador. Fue ganando al descanso (33-35) y con la sensación de que el premio era demasiado poco para los méritos que había hecho.

Segunda mitad

Tras el paso por los vestuarios el partido cambió lentamente de dirección. No porque el Valladolid fuese a más, porque el COB fue yendo claramente a menos. Entre la carga de personales de los jugadores más importantes y el cansancio, el protagonismo de las rotaciones fue, obligatoriamente, siendo mayor, y ahí el COB ya no dio la talla.

Torres, Gantt y Mazaira fueron haciendo granero y cuando volvían a pista Pantzar, Allen y De la Fuente lo hacían más frescos que sus pares. Poco a poco al COB le fue costando más cerrar el rebote, llegar a las ayudas o puntear los tiros. El juego parecía el mismo, pero los tiros entraban mucho más fácil que antes en un lado del campo. El Valladolid, que había metido 33 puntos en la primera mitad, metió 53 en la segunda. El banquillo de los locales acabó con 35 puntos, el de los visitantes con 12.

La manta no llegaba y Guillermo Arenas quemó lo que le quedaba para apurar opciones, pero entre Aboubacar y Pilepic solo consiguieron evitar que la diferencia final fuese mayor y a la vez injusta con el partido que había hecho el equipo.

La derrota castiga en la clasificación, pero el partido debe servir al COB para crecer mentalmente. Tiene ya una base de jugadores sólidos en los sustentarse y a la vez dos “americanos” con los que no cuenta y con los que debe tomar una decisión. 

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