Parece que no hay alegría sin susto. Pero, si al final se celebra, es menos grave. El COB sacó adelante un partido marcado en rojo en el Pazo y ante un Cáceres llamado a ser rival directo. Eso dice la teoría. Y los ourensanos ganaron dominando el marcador (casi) todo el tiempo. Llegó a ponerse 21 arriba y, aunque al final hubo amago de cortocircuito, la bombilla se encendió.
Se nota un equipo que crece. Con bajones puntuales, pero crece. Los tiradores tiran, el base físico se va al poste bajo a sacar ventaja, Willett controla su fuerza un puntito más… Mejor cara, mejores resultados. Justo a tiempo además, ya que el mes de diciembre dejará muchas cenas y comidas pero también muchos partidos.
En las gradas, el ambiente volvió a ser de sobresaliente. Por cantidad y por calidad. Y eso que había alternativas apetitosas. Pero el COB es el COB. La Charanga BBB, palmas y garantas volvieron a mezclarse para el beneficio colectivo. Ese jugador número 6.
Queda por resolver el tema de los “americanos”. Chapero, enfermo durante la semana, no estaba para ponerse delante del toro. Chaz Williams, solicitado por parte de la afición en vivo y en directo, compareció testimonialmente. Sigue siendo un debe dentro de un balance que ya empieza a cuadrar en el equipo ourensano. El martes, en la visita al Almansa, oportunidad también para empezar a sonreír fuera de casa. Ya toca.
