Zona COB
Las imágenes del COB-Lleida
Era solo la primera cita del año en el Pazo y un partido más en medio de una temporada con todo por decidir. Pero también era el día clave para dormir a pierna suelta y soñar con algo bonito o para dar vueltas en la cama hasta que se hace de día. Y el COB respondió como lo ha hecho siempre cuando ha estado en juego la tranquilidad. Ganó sin admitir réplica y lo hizo con un Pazo concienciado de la importancia del cometido e implicado con la causa.
Venía de un pleno de derrotas y una compota de dudas y deficiencias ante cuatro de los mejores equipos de la LEB Oro. Regresó a su hábitat y lo pagó con el Lleida. El COB muestra esta temporada la misma tiranía con los débiles que la temporada pasada, pero le falta competitividad con los poderosos para estar un poco más arriba. Sería injusto pedírselo, pero comprensible cuando se está mal acostumbrado.
De momento las sumas y restas le dan para acabar la primera vuelta en puestos de play off de ascenso y, todavía más importante, con cuatro victorias de ventaja sobre el descenso y a tres de asegurar ya la permanencia. Eso era lo que estaba anoche en juego en un partido cualquiera a principios de enero.
Trabajo colectivo
Para sacarlo adelante el COB no negoció. Hizo todo lo que estaba en su mano y no dependió de aciertos o limitaciones del rival. Al Lleida le sacó desde la primera defensa el juego de espaldas y el pase de Shaquille Cleare. Respondió tras el primer aviso local (8-0) con cuatro triples, pero fue a remolque en el marcador la mayoría de los minutos y en sensaciones siempre.
El partido lo dominó el COB. En defensa y en ataque. Encontró ventajas cerca del aro siempre que estuvieron en pista Darko Balaban y Kevin Van Wijk, y cuando les toca descansar o combinarse apareció el tiro exterior para mantener la producción.
Edu Martínez sigue dándole demasiadas vueltas a la cabeza y Alfredo Ott apareció a ratos en defensa para sumar mientras no recupera las sensaciones en ataque.
Y no importó que ninguno destacase porque Andrejz Pluta confirmó que es mejor jugador cuanto más juega y Connor Wood empieza a ser un seguro de puntos. Siempre aparece. Esta vez, cuatro triples.
Trabajo defensivo
Pero la clave no estuvo en los puntos o en los porcentajes. Lo que estaba en la mano del COB era jugar con criterio y defender al límite. Y en los dos cometidos estuvo impecable.
El Lleida tiene pocas rotaciones y el COB se las fue minimizando todavía más. Se salvó Eric Stutz, pero todos los demás acabaron desesperados. Un rival que se fue quedando sin puntos con el paso de los minutos y al que no le llegó ningún regalo extra. Cuatro rebotes defensivos concedió el COB en todo el partido. Una mejoría imprescindible en el momento más importante. Petróleo en medio de un camino que vuelve a verse con más ilusión que dudas. Y queda toda la segunda vuelta.
