El COB encajó en Lugo la derrota más contundente y más complicada de digerir de la temporada. Se quedó tan corto en el derbi ante el Breogán que excusó salir a la pista en la segunda mitad. Si es que salió.
La verdad que no hubo partido desde el inicio, desde un 10-0 que ya reflejaba la diferencia de intensidad y de físico de un equipo y de otro. El Breogán llevaba ya 5 rebotes ofensivos en el primer cuarto y 4 triples anotados, todos con los pies parados y sin defensores delante.
Al primer empujón local resistió el COB, curiosamente, por la intensidad del Breogán. El exceso de ganas le hizo cargarse de faltas y regalar tiros libres de los que vivieron los ourensanos (18-12).
Los mejores minutos de los de Gonzalo García de Vitoria llegaron en el segundo cuarto. Los únicos aceptable de los 40 del partido.
La entrada en pista de Tshikaya permitió tener un jugador que compitiese físicamente y la de Wood contar una amenaza que generase espacios. El francés equilibró la batalla en el rebote, el norteamericano clavó el primer triple y el COB tuvo más de medio cuarto con sensaciones positivas. Empezó a sentirse algo menos ahogado en ataque (cómodo nunca estuvo) e incluso amenazó con completar la remontada tras el tercer triple de Alvarado (36-31). El base canario fue de menos a más hasta el descanso y fue el único que mantuvo acierto en su equipo, pero más por concesiones de la defensa breoganista que por ser capaz de imponerse en el juego o de llevar el ritmo que su equipo quería.
Un COB que insistió en Balaban para tratar de generar ventajas, pero el serbio chocó contra Nurger, rebotó contra Olah y ya estaba fundido cuando le tocó con Fall. Tampoco fue nunca capaz de superar a sus pares ni de asumir liderazgo anotador.
Si por dentro el COB tuvo muy poco, por fuera no tuvo nada. Minimizó el estropicio Alvarado ante un perímetro que se fue al vestuario sin anotar una sola canasta con los dos titulares. Edu Martínez y Alfredo Ott tiraron poco y no metieron nada. Desertaron del derbi cuando tenían que ser importantes. Los dos tienen crédito de sobra en la liga y en el COB, pero ayer decepcionaron.
Destrozo tras el descanso
Un partido que se quedó sin historia nada más empezar la segunda mitad. El COB contó con un triple de Alvarado en los siete primeros minutos (52-34) y empezó a bajar los brazos y a agachar la cabeza demasiado pronto. Se sintió inferior en cada emparejamiento y el Breogán olió la sangre y no perdonó.
Powell y Ahonen se gustaron en minutos que dejan herida. El último cuarto fue un calvario para un COB que no tuvo intensidad para, al menos, competir con el fondo de armario del Breogán y evitar una escabechina en el marcador.
Una derrota que confirma las limitaciones de los de Gonzalo García de Vitoria, pero que no justifica la imagen mostrada. El Breogán puede ser mejor o superior, pero el COB también tienen mucho más nivel que el mostrado ayer. Lo grave no fue la derrota si no la forma de perder y más aún cuando no es la primera vez que pasa.
