El COB perdió el norte en A Coruña en un día de perros

Derbi autonómico con el himno gallego presente. DXT CAMPEÓN
photo_camera Derbi autonómico con el himno gallego presente. DXT CAMPEÓN
El Club Ourense Baloncesto se llevó un castigo muy duro en su visita a Coruña

Los acordes del himno gallego precedieron al derbi autonómico de la LEB Oro. Justo al terminar el “fogar de Breogán” lo que se escuchó en Riazor fue un nítido “Ourense, Ourense” que retumbó en el recinto coruñés. Había ganas de volver a vivir estos partidos entre la parroquia cobista después de un añito en el infierno. E infierno precisamente fue el que sufrieron los aficionados ourensanos durante los 40 minutos de baloncesto que llegaron a continuación. El COB viajó al norte para perderlo. En ningún momento se vio a un equipo reconocible y con alma. Más que una bofetada de realidad, un puñetazo en la cara que firmaría el mítico e inestable Mike Tyson. Menudo calvario. Hasta la última jugada, literalmente.

Es uno de esos días que, sobre el parquet, no hay nada que rescatar. Los que habían demostrado cosas hasta ahora, no lo hicieron en Riazor. Los que, en este tramo inicial ya iban justos, ayer no pasaron el corte. Ni delante ni detrás. Los males conocidos se multiplicaron exponencialmente. Las pérdidas de balón permitieron que el Básquet Coruña, aún con fallos en el tiro, metiesen tierra de por medio.

Un total de 17 y eso que medio se controlaron en algún momento, porque tras el primer cuarto y medio iban camino de récord. En el rebote ofensivo el equipo sigue sufriendo. El “5” esperado fue un “4 y medio”, que jugó sus primeros minutos con un entrenamiento solo a sus espaldas. No toca juzgarlo todavía, aunque sus características son las que son. Pero ahí hay un hueco identificado por los propios cobistas y, peor aún, por los adversarios.

Tampoco los que habían rendido hasta la fecha estuvieron bien. Ni regular. Aboubacar salvó la cara, también Del Águila hasta su lesión, y hubo toques de Pilepic. Willett siempre va a coger rebotes y a hacer dobles-dobles, pero eso no es sinónimo de jugar bien. 

Una tarde muy gris para el COB y su gente. El enfado se subió al bus para el viaje de vuelta. Pero no sirve aquello de “día para olvidar”. Al contrario. Hay que aprender y mucho de lo visto en A Coruña. Especialmente de aquello que no se puede repetir. El alma no se negocia. Jugando bien o mal, perdiendo hasta de forma contundente. Pero con alma. Eso es lo mínimo. Y en Riazor faltó.

La ocasión de redimirse llega en el Pazo el próximo sábado. Llega Cantabria a Ourense. Y la misión es doble: mejorar táctica y técnicamente la última actuación y volver a tener la mirada del tigre. La afrenta de ayer se debe notar la próxima jornada. Comerse la pista desde el calentamiento. Pero mientras, lo visto en el norte dolerá.

Te puede interesar