El COB se queda pequeño

El baloncesto es un deporte trivialmente identificado con personas altas, como si esa condición física fuese lo único importante para meter más canasta. Un error de profanos tan absurdo como válida una parte del razonamiento. El COB lo sabe bien y lo padeció ayer en un derbi sin historia. Tener jugadores altos y fuertes no garantiza nada, pero no tenerlos te condena, y más aún a un nivel como el que tiene la LEB Oro. El Básquet Coruña se sacudió de encima al equipo ourensano con la facilidad del que es superior. Mejor colectivamente y abrumador individualmente. Jugador a jugador el equipo herculino abusó de un COB impecable en la actitud, pero que debe reflexionar si las muchas piezas que tiene hacen cuadrar el puzzle. En el Pazo se enfrentaron un COB con calidad y puntos en el juego exterior y limitado hasta la impotencia en las zonas contra un equipo total. Bases directores y defensores, exteriores con puntos y con músculo e interiores con kilos y centímetros. Mientras los ourensanos tuvieron frescura en las piernas pudieron trampear el marcador, pero cada vuelta de tuerca en las rotaciones de los visitante disparaba la renta. Con la naturalidad del que es mejor. Superior, un peso wélter contra un peso pesado. La comparación es injusta. A remolque hasta el descanso Le dio al COB para estar en partido el primer cuarto gracias a la calidad de Adonys Henríquez y la facilidad anotadora de Djordje Dimitrijevic, pero ya llegó haciendo la goma al descanso. Enfrente, un equipo a piñón fijo. Con la calidad de Dago Peña o la contundencia de McGhee como jugadores más destacados, pero sobre todo con la fiabilidad de un equipo lineal en todas las posiciones y con cualquier relevo o combinación. Sobresaliente en el físico, pero también en la implicación y en la intensidad colectiva. Un Básquet Coruña con muy buena pinta gracias a una solvencia económica que le han permitido fichar a dedo y reforzarse todavía mejor cuando han aparecido las lesiones. El COB es otro "mundo". Su presupuesto no llega a la mitad del herculino, pero además tiene problemas físicos decisivos. Joán Tomás ha recaído de una lesión con la que ya fichó y no se quitó el chándal. y Úriz y Joseph hicieron un esfuerzo para dar rotaciones irreales. Jugadores clave que han dejado al equipo "cojo" desde la jornada 2. Uno de ellos o los dos a la vez. Pero el problema para el COB es que no se acabarán cuando ellos vuelvan. Es un equipo que trata de competir sin juego interior y eso, a este nivel, es imposible. Ahí donde la altura y el músculo sí son determinante el equipo ourensano no tiene argumentos. En seis jornada lleva un mate. Y no es casualidad. Fall no aporta nada, Menzies tiene tantas limitaciones que le cuesta equilibrar aciertos y errores y a Joseph verlo en la rueda de calentamiento ya invita al desánimo. El COB necesita fuerza, intensidad y consistencia interior. Quizá ni así le daría para ganar a rivales como el de ayer, pero lo que está claro es que sin esa mejoría tampoco le dará para ganar a muchos más en una liga que no perdona y que ya empieza a meterlo en problemas. Sin opciones y en problemas La última derrota la certificó en una segunda mitad sin nada que destacar. Un entrenamiento para hacer números en un lado y para divertirse en el otro. El COB tiene lesiones para poner como escudo, pero también limitaciones y errores que si no los soluciona amenazan lastrarlo hasta anclarlo a la zona baja de una clasificación que esta temporada es especialmente peligrosa.