Hay días en los que un simple detalle hace que merezca la pena el esfuerzo. En pleno rebrote por la pandemia y con el temporal Filomena pegando coletazos en la provincia, 250 aficionados llevaron en volandas al COB para imponerse al Cáceres (73-67) y romper una racha de cinco partidos sin ganar.
Demasiadas semanas sin premio para un equipo ahogado en sus propios miedos y atenazado incluso antes de comenzar el encuentro, asustado por no rendir y caer de forma dolorosa una semana más. Ayer, el conjunto ourensano se quitó la venda de los ojos y creyó, por fin, en una victoria que de forma merecida sí llegó.
En la fría cancha del Pazo, frente a frente, dos equipos necesitados de una alegría. Demasiadas derrotas en una competición que no perdona y ansiedad en los diez elegidos.
Los primeros minutos fueron del Cáceres. Devin Schmidt y Roeland Schaftenaar dieron las primeras ventajas a los cacereños hasta que el COB se puso el mono de trabajo en defensa. Tres buenas acciones desde cancha propia permitieron a los ourensanos ponerse por delante en el marcador (8-7) y el público entendió que era necesario sumar para cambiar la dinámica de resultados.
El parón (algo que comienza a ser habitual en todos los partidos de la liga LEB) por un problema con los marcadores enfrió los ánimos del COB que se vieron cinco abajo tras un triple de Del Águila con apenas tres minutos por jugar. Sin embargo, un parcial de 7-2 en la recta final puso el empate en el marcador en un encuentro que apuntaba desde el salto inicial a la máxima igualdad (17-17).
La intensidad en defensa de ambos conjuntos ralentizó el juego y llegaron las faltas al partido. En ese intercambio de golpes salió beneficiado el COB, que tomó aire y consiguió ponerse por delante en el marcador con la segunda batería de jugadores.
Dimitrijevic y Navarro tiraron del carro y las pinceladas de Henríquez, con un 2+1 que celebró como si se quitase 200 kilos de lastre de encima, marcaron la primera renta seria de un Ibereólicas Renovables Ourense que mantuvo el tipo a pesar de la reacción visitante, con cinco puntos consecutivos de Berg y un buen posteo de Schaftenaar.
En el minuto previo al descanso, máxima emoción el holandés del Cáceres se hizo fuerte en la zona y acortó la desventaja hasta el 35-34, pero tras un tiempo muerto a falta de un segundo, Dimitrijevic anotó un triple desde más de 10 metros en base a una fantástica jugada marcada desde la pizarra de García de Vitoria (38-34).
Brito y Menzies
La salida de vestuarios ourensana fue de lo mejor del COB este curso. La intensidad de Diogo Brito y la inconmensurable sobriedad bajo los aros del británico Aaron Menzies dieron alas a los locales, que hicieron que el Cáceres chocase una y otra vez contra un muro (44-39).
Y como un animal herido, el Cáceres, de la mano de Sandi Marcius (con un grito que enfadó a la grada y le convirtió en el objeto de la mofa posterior) y el eterno poderío anotador del caboverdiano Xeff Xavier remontaron una vez más en el marcador, para alargar una racha que tuvo continuidad en los tres primeros minutos del último acto. Ahí, con 51-56, apareció por fin David Navarro con su experiencia y tablas para convertirse en el faro de un COB que con pico y pala fue arañando punto a punto en el marcador hasta sacar del partido a un rival que se aferró a Jorge Sanz y Devin Schmidt, pero que no pudo con los ourensanos, más centrados que el rival, incluso en el rebote (capturaron 12 ofensivos y 17 defensivos).
Solo inquietó a falta de un minuto y medio el triple de Jorge Sanz (64-62) que fue contestado con otros tres puntos de Adonys Henríquez y una nueva canasta de Menzies que terminaron por romper una racha de cinco derrotas consecutivas y que marca el inicio de un nuevo año con muy buen pie (73-67).
