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Diego Ocampo: "Mi pasión nació en el Pazo"

Ocampo
photo_camera El ourensano Diego Ocampo, durante un tiempo muerto con el Barça B.

El entrenador ourensano llega al Paco Paz al mando del Barcelona B, en su primera visita como entrenador principal de un rival

Por las venas del entrenador del Barcelona B corre sangre y baloncesto. Y ambas cosas tienen denominación de origen ourensana. Diego Ocampo regresa a casa por primera vez como entrenador principal de un rival. Lo hace con una mezcla de ilusión y nostalgia. Un partido de los que están subrayados en el calendario a pesar de que Ocampo prefiere vivir el día a día.

"Es la primera vez que voy al Pazo Paco Paz como primer entrenador de un equipo. Mi baloncesto nació en el Pazo viendo a Andre Turner, Chandler Thompson o Nacho Suárez, jugué en el COB de base, fui entrenador de cantera y ayudante del primer equipo. Vuelvo a mis raíces, a un lugar al que le estoy muy agradecido", recuerda el técnico. Mañana su historia, pasar de disfrutar en la grada a la responsabilidad del banquillo, seguro que pasa por su memoria.

Renunció a un banquillo ACB por enrolarse en el Barcelona. Su apuesta. En sus primeros meses como blaugrana ha notado lo que ello significa. "Cuando entras por la puerta, sabes que estás en el FC Barcelona, la historia que tiene detrás. Es un reto como entrenador y como persona estar en un proyecto e idea como esta, que es formar jugadores para que lleguen al primer equipo. Ese es el objetivo".


Formador de talento


Con una media de edad que roza los 19 años, Ocampo está al frente de un equipo con tanto talento como inexperiencia. Capaz de lo mejor (ganar en Bilbao) como de lo peor (perder ante el Prat en casa). Llega al Pazo sabiendo que la misión es complicada pero con ganas de lograrla. "Me espero un partido difícil. El COB es un equipo de play off, con una afición de play off y un entrenador muy táctico que sabe lo que hay que hacer en cada momento. Para nosotros es un reto, pero nos gusta porque los retos son los que hacen que mejores".

Los blaugrana llegan al Pazo reconfortados por el último triunfo ante el Palencia, aunque con un balance de 6 victorias y 13 derrotas notan el aliento de los puestos de descenso. Con una media de edad de poco más de 19 años, encarnan las virtudes y defectos habituales en un filial. "Nuestro objetivo es conseguir regularidad, hacernos jugadores de verdad, que son los que tienen continuidad a lo largo de los partido", analiza Ocampo.

Un plantel que puede presumir de la anotación de Aleix Font (15,7 puntos), el rebote de Atoumane Diagné (6,7 por partido) o la dirección de Pol Figueras (5,7 asistencia). Un talento que, si sale, puede ser peligroso.

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