Diferenciar corredores

Entiendo que han sido un montón de días confinados, por supuesto que comprendo que hemos estado mucho tiempo sin poder pisar la calle o cuando lo hacíamos era para cumplir un fin muy determinado. También soy consciente de la problemática de los metros cuadrados de las viviendas, de los que viven en bloques de pisos e incluso los que no tienen ventanas al exterior. Es un discurso muy defendible, ojo que no lo catalogo como excusa, pero también creo que a algunos se les ha ido la mano con lo del "running". Pienso que hay gente que ha cogido esto de correr con la misma ilusión que mi amigo Esteban lo hace con los nuevos capítulos de la saga de Star Wars. Para una persona observadora es muy sencillo distinguir entre el que corre como hábito y el que se está iniciando en este nuevo arte. Podréis pensar que es fácil, sólo hay que ver la forma física de los corredores, el tipo de zancada o el ritmo de la respiración… Pero ¡¡¡no!!! Eso son chorradas, conozco “runners” con el mismo porte que Caco Senante, otros que cruzan las piernas como si se hubieran bebido antes una caja de Jägermeister, y algunos con un ritmo cardiaco que el batería de AC/DC no podría seguirlos. El corredor de convencimiento viste con colores fluor, algunas veces mezclándolos, y los combina con pantalones estilo malla, leggins o cullote. Si amaneces en una ciudad donde se esté corriendo una carrera popular y tú no lo supieras, es posible que pienses que estás en Chueca a principios del mes de julio. Lógicamente el calzado es fundamental, es la herramienta clave y para ello se hace una buena inversión en modelos con gel, foam, ultraboost, y mil características de las que desconozco su utilidad. En cambio, los que vienen del confinamiento cometen errores evidentes, visten pantalones de chándal, camisetas de algodón, muchas de ellas de publicidad tipo “Pinturas Fernando, no soy Velázquez pero me voy acercando”. Evidentemente no tienen problema para que combinen menos que la ginebra con el chocolate, porque seguramente es la ropa que usaban para estar antes en casa. No hablemos del calzado, cualquier cosa que lleve cordones sirve. Nos quedaría un tercer tipo de corredor, el profesional de verdad, ése que siempre lleva a la policía a la espalda, pero no hay más espacio.