ZONA COB

¿Diga un base? Pepo

OURENSE 2/03/2019.- COB-HUESCA, partido de baloncesto LEB. José Paz
photo_camera Pepo felicita a Earl Watson.

Gran dirección del uruguayo para asentar la importante victoria contra el Huesca

Hace unas semanas escribimos que "si Pepo Vidal estornuda, el COB se resfría". Después del partido contra el Huesca podemos completar la fórmula de esta temporada: si el base uruguayo sonríe, el equipo ríe a carcajadas.

El rival llegó sin disfraz en pleno Carnaval, como ayer se plasmó en estas páginas en la previa del partido. En la pista, comenzaron a desarrollar su estilo de juego: ordenado, intenso y con las ideas muy claras. 18-24 terminó el primer cuarto, con un COB sin acierto, defensa, cierre de rebote y mínima picardía.

Todo regresó a su cauce gracias a la entrada en pista de Pepo Vidal. No había sido titular ni había jugado el último partido -¡malditas ventanas FIBA!- donde su suplente, Javon Masters, demostró su interesante progresión y validez.

No atravesaba un buen momento de juego y confianza, con malos partidos en el Pazo. Su estado físico era más que dudoso, con una carga de viajes, traslados, compromisos internacionales y cambios horarios capaces de tumbar a Marco Polo. "Lleva ocho vuelos en dos semanas, no sabemos cómo responderá en la pista", comentaba su entrenador, Gonzalo García de Vitoria, en la previa. Dudoso panorama.

Pues Pepo respondió de forma magnífica. Cogió la batuta y se puso a dirigir, convirtiendo a una charanga en una orquesta.

Pregunta de examen. ¿Qué es un base? Respuesta: Es Pepo contra el Huesca. Es un líder que predica con el ejemplo, motiva a sus compañeros, la prolongación del técnico en la pista. Quien impone el ritmo adecuado al partido. El encargado de extraer lo mejor de cada uno sin necesidad de anotar ni un punto. Porque a Muratovic se la pasa a su esquina, a Rozitis bajo el aro cuando tiene ventaja, a Zamora cuando tiene el picorcito en la muñeca ¿y a Watson? A Watson se la manda al cielo, donde sólo él llega, para estamparla contra el aro.

Presionó a los árbitros, conjuró uno a uno a sus compañeros de camino al vestuario, pidió al técnico la salida a pista del imberbe Ablaye Sow. Incluso se permitió el lujo de taponar -muy alto para su altura- al pesado tocanarices de Isaiah Johnson, en respuesta por algún balón partido. Todo ello sin, aparentemente, una sonrisa.

Porque Pepo no es de sonrisa fácil. Ni tiene zancada de velocista, sino de marchador. No corre, se desliza por el parqué. No parece un jugador de basket fácilmente identificable en un aeropuerto, por altura o volumen muscular. Pero tiene tanto basket en su manos que, en buenas condiciones, supone el pegamento de todas las piezas del puzzle de este COB.

Sin meter una canasta, repartiendo 11 asistencias, precipitó un parcial de 21-7 en el segundo cuarto y de 60-38 hasta el final del partido, desplegando una alfombra para el sucesivo desfile de Sergio Rodríguez, Zamora, Rozitis, Muratovic y Watson, autor de cuatro mates y frustrado por no lograr cuatro más. Un excelente COB en todas las facetas, una vez bien engrasada la maquinaria por Vidal, quien, por fin, sonrió en el banquillo.


No deje las maletas


Dado el excelente rendimiento de Pepo, después de unas semanas de auténtica esquizofrenia por los aeropuertos del planeta, quizá debamos agradecer a la FIBA su disparatada idea de las Ventanas.

La directiva del COB debería sopesar seriamente enviar al base de viaje entre partido y partido. Cuanto más lejos, mejor. Y aprovechar para que, de paso, promocione las virtudes termales de la provincia por todo el mundo. Y el Entroido.

Te puede interesar