La efectividad lleva plumífero

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photo_camera El británico Aaron Menzies ha ido ganando minutos con el paso de las jornadas hasta ser pieza clave en este COB. (FOTO: ÓSCAR PINAL)
El pívot británico del COB, Aaron Menzies, está batiendo records de acierto en tiros de dos puntos en una competición tan exigente como la LEB Oro

Si hay algo que resulta tremendamente democrático en estos tiempos tan absurdos y llenos de contradicciones es el frío y los métodos para resguardarse de él. 

No importa que seas un aficionado sentado en la gélida grada del Pazo con gorro, doble máscara y guantes de trabajador del AVE o un interminable pívot británico que en los momentos de soledad en el banquillo recupera su plumífero (en el que podrían cobijarse 12 o 14 aficionados sin mayor problema) y piensa como seguir engrosando su apabullante porcentaje de efectividad.

Porque ese hombre de abrigosa cazadora y brava melena está marcando un hito en la historia estadística de la LEB Oro. Su precisión a la hora de anotar bajo la canasta le han convertido en el récordman de la competición con un 92% de acierto en tiros de dos puntos, o lo que es lo mismo, ha anotado 36 de sus últimos 39 tiros en los once encuentros que van de temporada, casi nada.

OURENSE (PAZO DOS DEPORTES PACO PAZ). 10/01/2021. Partido de baloncesto, liga LEB ORO en la jornada 12, entre el COB y el Cáceres. OURENSE. FOTO: ÓSCAR PINAL

Todo ello con la tranquilidad que le da ver el mundo desde su atalaya y con el trabajo como mensaje, sin hacer ruido y reivindicándose en una competición tan exigente como la LEB Oro, armado con su cazadora azul marino y unos tatuajes bajo ella que imponen casi tanto como sus números. 

Más cuando a su llegada era el último en una rotación de pívots a los que ha adelantado por la izquierda y la derecha. Y aunque es cierto que le queda un largo camino por delante, que tiene unas cuantas lagunas en su juego que debe pulir y que probablemente sus cifras bajen con los scoutings rivales, la verdad es que es gratificante ver como jugadores como Aaron Menzies, Djordje Dimitrijevic o Diogo Brito dan sus primeros pasos en el baloncesto profesional con la ilusión de lo que son, jóvenes jugadores con ganas de hacerse un hueco en un mundo tan bonito como exigente y cruel, en el que la frase "tanto tienes, tanto vales" se aplica como un mantra y que con el tiempo premiará su esfuerzo.

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