LEB Oro

Las desconexiones frenan al COB

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El Río Ourense Termal inició su sexta campaña consecutiva en la LEB Oro con una derrota ante el Covirán Granada (68-64), en un partido en el que mostraron una buena imagen pero que estuvo marcada por la lesión de Pol Molins y las desconexiones en el juego sufridas en varias fases del choque.

Lo avisaba García de Vitoria en la previa, el Granada no llegaba para ser una comparsa. A pesar de las bajas de Manu Rodríguez y Josep Pérez, los de Pablo Pin saltaron al Palacio de los Deportes de Granada con intensidad, pero superados por un COB, que de la mano de Pepo Vidal marcaba el ritmo en los minutos iniciales.

Los tres primeros minutos mostraron las mejores cualidades de los ourensanos, que con 5-8 tras un tiro libre del uruguayo Vidal marcaba su máxima renta del encuentro.

Justo ahí, la primera desconexión. Con la entrada de Pardina, parcial de 8-0 y comienzo del trabajo a contracorriente.

Tras el primer tiempo muerto, reacción del Río Ourense Termal, que entró en un intercambio de canastas con Zamora y Van Wijk como protagonistas para dejar el primer cuarto con 22-17 en el marcador.

El juego se trabó en el segundo acto. El COB pronto entró en bonus y el ritmo anotador se resintió en ambos equipos. Con el Granada negado desde más allá de la línea de 6,75, la batalla se trasladó a la pintura, en la que Guille Rubio y Sergio Olmos anotaban con relativa fluidez.

Con 26-20 en el marcador llegó la lesión de rodilla de Pol Molins, que había debutado 48 segundos antes. Como si de un calambre se tratase, el COB reaccionó tras la máxima marcada por Olmos (28-20) y con un más fino Masters tras una primera entrada en el campo floja las rentas se acortaron. Además, la entrada en cancha de Watson, mucho mejor que un desacertado y precipitado Davis Rozitis, mejoró el rebote e intimidación cobista para llegar al descanso del partido con tres tantos de desventaja (34-31).

En algo que ya no sorprende, el COB salió mucho mejor que el rival del vestuario. 

Primero un parcial de 0-6, con cuatro puntos de Watson y minutos después otro de 3-10, con un triple de Muratovic y uno de Sergio Rodríguez contra tabla en el último segundo del periodo, pusieron las tablas en el marcador (47-47) y dejaron todo por decidir en los últimos diez minutos.


El segundo apagón


La segunda y definitiva desconexión llegó en el inicio del cuarto. Un 10-2 comandado por Rubio, Cobos y Olmos puso al Granada con ocho puntos de ventaja (y con Rozitis en el banquillo con cinco faltas), lo que obligó a un nuevo tiempo muerto de García de Vitoria que sirvió para acortar rentas pero no llegar a inquietar.

Con 63-61 en el electrónico, una falta de Watson y un triple mal seleccionado de Van Wijk que terminó con un triple de Corts (y un posterior robo en la siguiente jugada), terminaron por romper hacia el bando local un partido que dejó destellos de lo que puede ser este COB, pero también demostró que todavía hay trabajo por hacer.

Al final, 68-64 gracias a un triple de Ott en los segundos finales y turno para pensar en el siguiente partido, el miércoles ante otro recién ascendido, el Canoe.

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