Asentiría con la cabeza. Al actor de cine australiano-estadounidense Errol Flynn el partido del Pazo le recordaría a uno de sus grandes éxitos: “Murieron con las botas puestas”. El título de la película resume lo que se vio en el COB-Andorra de la tarde de ayer. Pocos peros hay que ponerle a un equipo cobista que lo dio todo. Y ese todo se agradece mucho más si lo comparamos con lo que se daba hace no tantas jornadas. Los ourensanos son otros. Han creído y han crecido. Por supuesto, los fichajes han sumado desde el primer minuto. De Zamora poco hay que decir incluso cuando esta no fue su mejor faena. Además, Kur Kuath debutó con buenas sensaciones. Casi puso más tapones que días lleva en la ciudad de As Burgas (los de la estadística se “fumaron” al menos uno).
Cambios, como las zapatillas de algunos, apostando por colores más atrevidos, o como el “rape” que se pegó un Chaz Williams que dejó los “chichos” en la barbería. Tomás Chapero, con la ficha sin activar, también se dejó las palmas animando a sus compañeros. Que lo son y lo seguirán siendo.
EJÉRCITOS
Todo análisis debe tener en cuenta a quién te enfrentas. En este caso, un Andorra que no se sabe si tiene más dinero puesto sobre el parquet o en las sillas del banquillo. Y además llegaban tras perder la última jornada. Fue un duelo entre un ejército y dos ejércitos. Porque los visitantes tiene para dar, tomar y regalar. Y pese a ello, porque el deporte no es todo “parné” (aunque ayuda), durante toda la primera parte se jugó a lo que quiso el COB.
El trabajo defensivo ha crecido exponencialmente. El físico se usa y da sus frutos. Lástima que ahora que ha llegado el ansiado “cinco” puro, el otro pívot del plantel está lesionado. Ante adversarios de esta envergadura se nota.
Mención especial la afición. Otra exhibición más. No solo es estar, que están y en gran cantidad. También es la forma de estarlo. Saben cuando toca animar, cuando toca desanimar y los momentos para apretar al trío arbitral. Las colas de tráfico de entrada y salida parece que duelen menos. Esta vez no sirvió para ganar, pero de aquí al final de liga, servirá en más de una ocasión.
PROVINCIA
La charanga Doctor Anchoa directamente desde O Carballiño, los niños y niñas del Clube Baloncesto Allariz, alumnos de Xinzo… Todos estuvieron presentes dejando claro que el COB es Ourense. Ciudad y provincia. Esa fortaleza no se puede dejar pasar por nada del mundo.
Enero servirá para cerrar una vuelta y abrir la otra. Mucho camino por delante por recorrer en una competición que se aprieta por abajo. Los equipos queman sus naves en el mercado. Alguno como el Cáceres quema el astillero entero si es necesario. Una lucha apasionante a la que el COB llega mejor pertrechado que hace un mes. Tiene un buen grupo de soldados y una población civil que no va a dudar un segundo en ir al frente. Porque ayer se murió con las botas puestas, pero la idea es que el equipo siga vivo, coleando y sin sacarse las botas. Hay motivos para el optimismo. Aunque aquí nadie va a regalar nada.
