LEB ORO

Eternamente agradecidos

<p></p>
photo_camera El banquillo del COB celebra la victoria contra el Burgos.

Aunque el Burgos ganase en el Pazo, tanto el COB como el resto de equipos de la liga LEB deberían presentarle sus respetos por rendir a la liga ACB

Hagan una sesuda reflexión. ¿Qué quiere todo aficionado del COB? Ganar. ¿Para qué? Para disputar el playoff de ascenso. ¿Con qué motivo? Ascender a la liga ACB. Sí, la liga en la que el COB debería estar hace unas temporadas. La liga en la que no pudo participara por una serie de requisitos draconianos que no existen en ninguna otra competición. Entre ellos, el pago de un tarifa de acceso que sirve para paliar las deudas de un grupo de clubes que exige unas normas que ellos no cumplen. Algo así como si un burdel reclamase a sus nuevas integrantes virginidad y comportamiento intachable.

El COB se quedó fuera. Al igual que otros clubes de la LEB Oro, cuyo presidente estaba más pendiente de viajar y conocer mundo que de atender las necesidades de sus miembros. Ahora tendrá que atender las necesidades de un juez.

El Burgos se quedó fuera tres veces. Sí. Ascendió tres veces consecutivas a la liga ACB y ninguna de ellas pudo reunir el dinero para formalizar el derecho ganado tres veces en la cancha. Desconozco si los incidentes de Gamonal guardan relación con esta injusticia, pero el antiguo presidente del Burgos, Miguel Ángel Benavente, fue valiente, y se atrevió a denunciar este impuesto revolucionario. El tiempo, y el Tribunal de la Competencia le dieron la razón frente a la ACB. Un caso, por fortuna no tan largo como el del Obradoiro, pero igual de meritorio.

Dice el presidente de la ACB, Francisco Roca, que estudian "la rebaja del canon de acceso". No se haga películas. El canon caerá como el Muro de Berlín.

Este Burgos es un club diferente al que tumbó a la ACB, pero bien nos vale cualquier vestigio de tierras del Cid. Ganó el COB, pero si hubiese perdido, también hubiésemos despedido al rival con un abrazo. Nobleza obliga.

Ganó el COB. Fastidia la lucha por el ascenso directo -otro- del rival. Supone agua de mayo a comienzos de abril para el equipo de Gonzalo García, capaz de reducir su nivel ante un rival inferior como de aumentarlo contra uno de los grandes de la liga. Pocos equipos tienen ese poder de camuflarse y confundirse con el enemigo.

Si revisa las estadísticas sin asistir al partido y le piden un resumen, seguro que usted adornaría la ignorancia con adjetivos tales como "soporífero", "pésimo" o "tostón". Lo cierto es que fue un partido vibrante, sin el acierto habitual de unos y otros, pero con gran intensidad, emoción, color y calor en los banquillos y la gradas. Claro, eso no aparece en los números.

Kapelan y la memoria de pez

El cada vez mejor jugador del COB es un tipo al que le aburren los tiros cómodos, con lo pies bien colocados hacia el aro, con tiempo para elaborar su mejor parábola.

Lo suyo es lanzar en posiciones y distancias lejanas, bíblicas, con el brazo del defensor en la cara y la mano a escasos milímetros de su pelota, mientras apenas quedan unos segundos en el marcador. A diferencia de su compañero Mitrovic, que necesita una inercia positiva para terminar mejor el partido, a Kapelan le importa un pepino lo sucedido durante los 30 minutos anteriores. Una memoria de pez que convierte cada tiro en una experiencia novedosa, con la mente fresca en cada acción.

Si el Burgos tiene el día torcido -véanse los desatinos de Huskic y Alex López bajo el aro- y el COB pone a la Legión en la vanguardia, no importa que Kapelan contase seis puntos antes del último cuarto. Borrón y cuenta nueva. Tres triplazos y dos tiros libres en el momento decisivo. Máximo anotador del encuentro. Y si le preguntan por los tiros de la primera parte, seguro que no se acuerda.

Pero oiga, gracias a Burgos por todo. Eternamente agradecidos.

Te puede interesar