La LEB Oro no tendrá la fase de ascenso prevista y los mejores clasificados antes del parón por coronavirus serán ascendidos después de que la Comisión Delegada de la Federación Española de Baloncesto (FEB) viera "imposible" llevarla a cabo y diera por finalizada la temporada.
Después de tres reuniones, la FEB había acordado con los clubes que se completaría la temporada con un partido por el ascenso directo y una fase final por la otra plaza, pero ahora opta por dar marcha atrás. Había marcado el 25 de mayo para dar forma a una Final a Ocho en una sede neutral, pero, por causa de fuerza mayor y por las exigencias impuestas como consecuencia de la pandemia, la FEB modificó las normas del marco general de la organización de las competiciones que afectarán a la LEB Oro, la LEB Plata y la Liga Femenina 2 y decidió dar por finalizadas la temporada y dictaminar quienes son los ascendidos.
Un cambio de rumbo lógico en el fondo pero injustificable en la forma. Después de descartar esta medida en el peor momento de la pandemia y diseñar una resolución de la temporada lógica y ajustada a valores competitivos, ahora la FEB opta por dar carpetazo a la temporada y validar los dos ascensos que le corresponden sin importarle el interés de los demás clubes que tenían el mismo objetivo.
Una medida que sería plausible hace semanas y más aún si la Federación hubiese aprovechado ese tiempo para avanzar con los clubes ideas en común de cara a la próxima temporada. Ahora ha generado desconfianza y distanciamiento entre clubes y directivos.
En la Liga LEB Oro ascienden a la Liga ACB los dos primeros equipos clasificados a fecha de la última jornada disputada, el Valladolid y el Gipuzkoa y llegan desde la LEB Plata el Real Murcia, el Bàsquet Girona y el Burgos.
Valladolid y Gipuzkoa contarán con el respaldo de la FEB para hacer efectivo un ascenso que no gusta en la ACB, pero que saben tendrán que aceptar. Obligará a reestructurar el formato de competición y la idea de dos grupos de diez equipos ya se analiza como factible en varios clubes de la máxima categoría nacional.
El enfado ayer de la mayoría de los clubes de la LEB Oro era mayúsculo. No por la decisión tomada por la FEB sino por la falta de información desde la última reunión y por la sensación de abandono.
Algunos hicieron público su desacuerdo públicamente y casi todos de forma interna.
Enfadados por el tiempo perdido, por enterarse de la decisión por un medio de comunicación de tirada nacional (diario AS) antes que por la propia Federación, por tener el compromiso de la FEB de haber empezado a planificar la temporada 20/21 hace semanas y no haber tenido más noticias de ello y por comprobar como otras ligas europeas de baloncesto y competiciones nacionales de otros deportes ya tiene confirmación de rebajas en los costes y ayudas a los clubes que por ahora no se intuyen en la LEB Oro.
Dar por finalizada la liga no supondrá un dolor de cabeza para ninguno de los equipos que conformaban esta temporada, pero las formas y la falta de implicación de los organizadores preocupa y cabrea a una LEB Oro que no sabe cómo hacerle entender s sus "jefes" que lo de ayer no importaba, que lo realmente importante empieza a partir de hoy.
