COB y Breogán inician el último play off de ascenso a la Liga ACB con un pronóstico sin favorito claro y dos aficiones volcadas con sus equipos
Zona COB
Mosaico en las gradas
COB-Breogán. 26 años de rivalidad y 25 partidos que ya son historia. Cientos de jugadores y miles de aficionados que dan sentido a lo que esta noche se empezará a vivir en el Pazo. Generaciones de las que unos ya no están y otros se han hecho mayores crónica a crónica. El relevo constante para llegar el último eslabón que ahora se engancha de oídas descubriendo que eran verdad las batallas que le han contado.
Empieza la final de la LEB Oro. Espera la Liga ACB al ganador. Para el COB sería 14 años después. Para el Breogán, 9. Antes han quedado 28 partidos de liga regular, los dos últimos derbis, dos series de play off, kilos de esparadrapo, horas hasta hacer días de teléfono buscando respuestas a dudas permanentes, kilómetros de líneas continuas, círculos, números y cruces en pizarras personalizadas. Litros de sudor.
La ilusión y las expectativas son las mismas Miño arriba y Miño abajo. Idéntico bagaje al finalizar la liga regular. Cruz para ambos cuando les tocó hacer de anfitriones. Unos corren más y otros piensan más rápido. Los que puede marcar diferencias cerca del aro lo tendrán más complicado para nivelar la balanza en el perímetro y los que llegan un poco más frescos tienen mejor feeling después de batallas más encarnizadas.
La presión es la misma. Nivela el peso en su plato de la balanza el contar con el factor pista a su favor. En el de Breogán pesa el lastre de temporadas anteriores en las que el objetivo era el mismo y el de un presupuesto más alto. El de ser candidato permanente a un ascenso que el COB no pretendió al inicio y no se le exige ni cuanto lo tiene tan cerca.
Lleno en el Pazo
Dos semanas de empacho baloncestístico para dos ciudades que saben paladear un festín como este. Ourense le quita el precinto a un regalo inmejorable. En un Pazo lleno como en las citas inolvidables. Lugo se desplazará como siempre lo hace cuando su equipo lo necesita y está a la altura de una ciudad entendida. Esperando robar un partido y preparar la fiesta en casa. O los dos y enviar el traje de los ascensos a la tintorería.
Sensaciones calcadas para una eliminatoria con final antagónico. Para el ganador será la gloria de volver a la élite. Para el derrotado, la obligación de persistir en la idea una vez garantizado el acierto de un campaña con la nota ya puesta pase lo que pase en el epílogo. ¡Qué gane el mejor!
Pazo Paco Paz, 21,00 horas.
