La LEB Oro se ha puesto en marcha hace ya cuatro jornadas. En una temporada ilusionante por el proyecto que ha armado el conjunto ourensano, resulta inevitable pensar en el COB de la temporada 2014 - 2015, la del último ascenso a la ACB, el año de los #900.
Experiencia, juventud y apuestas en una temporada que salió mejor que bien, casi perfecta. Segundos clasificados en la fase regular y un play off excelso, con un final soñado ante el Breogán de Lugo. Una ronda definitiva que se solventó en el Pazo Paco Paz con una exhibición en el quinto partido que todavía pone los pelos de punta a los aficionados.
Tras cinco temporadas, muchos siguen en activo y ahora es el momento de conocer donde se encuentran:
Tyler Brown: Tan talentoso, como efímero. El jugador norteamericano llegó con la vitola de estrella al Club Ourense Baloncesto, pero su rendimiento fue la imagen de lo que le había sucedido el curso anterior en el Cholet.
Buena mano, calidad y puntos, aunque a ramalazos y sin consistencia. El resultado, apenas diez partidos con el COB, un encuentro para recordar y demasiadas dudas para un norteamericano, que terminaron con su marcha en el mes de diciembre. El motivo "un problema familiar importante" que no le permitía estar centrado.
No volvió a jugar de manera profesional. Ahora trabaja en una tienda de muebles en Owensboro, Kentucky, en donde reside con su mujer y sus dos hijos tras sufrir un grave accidente hace ya algunos años.
Darien Brothers: El recambio de Tyler Brown en el COB. Jugador de una potencia física espectacular y un compromiso envidiable. Asumió su rol desde el primer minuto y en el COB se convirtió en uno de los jugadores más queridos por su afabilidad. Buen jugador en el uno contra uno y excelente defensor, tras militar en las filas del COB (el curso anterior ya había sido un jugador importante en el Melilla Baloncesto) tomó rumbo a los países nórdicos, en donde disputó sus últimas temporadas como profesional.
Ahora es el propietario de una tienda de reparación de móviles Apple en sus Estados Unidos natal.
Pedro Rivero: El líder y referente del COB del ascenso. Tras una temporada anterior marcada por los problemas físicos, algo que el equipo notó durante todo el curso, el mejor Rivero volvió para dirigir a los ourensanos al ascenso. Importante en todos y cada uno de los partidos de la temporada, muchos recuerdan el cuarto encuentro ante Breogán cuando todo apuntaba al final de la eliminatoria. Su carácter y el respeto de toda la competición contribuyeron a que Ourense tocase la ACB después de tantos años.
Con la promesa del ascenso en diferido siguió una temporada más en el COB para certificar el cuarto ascenso de su carrera, el que finalmente no llegó.
De ahí tomó rumbo a Melilla y finalmente a Alicante, donde fue protagonista del resurgir del equipo junto a Guillermo Rejón. Ahora es el entrenador del equipo, uno de los favoritos al ascenso de categoría.
Cristian Díaz: El base canario llegó a Ourense después de un año gris en Navarra. Tras mostrar su talento a pinceladas durante las temporadas anteriores, el jovencísimo director de juego encontró la estabilidad en la cidade de As Burgas. Su visión de juego y capacidad de anotación crecieron de la mano de García de Vitoria y demostró por qué era una de las perlas de las categorías inferiores del basket de las islas.
Tras lograr el ascenso (inolvidable cómo sacó de la pista a Álex Llorca durante el play off final), firmó por el Huesca. Una temporada después volvió a Ourense para terminar posteriormente en el Breogán de Lugo, con el que ascendió a la ACB y tuvo minutos de calidad en la competición.
El grancanario cerró su etapa lucense después de tres temporadas y ahora es un jugador importante en el Granada, también de LEB Oro.
Salva Arco: Quizá el favorito de la afición junto a Rejón, Suka Umu y Rivero. El alero catalán volvió al COB para ascender a la ACB y lo consiguió. Después de que los ourensanos apostasen por él cuando una lesión de rodilla le había dejado con pocas opciones de ser importante en la LEB, el ex de Manresa retornó el cariño para dar una dosis de carácter y puntería en momentos clave.
Su buen año le sirvió para terminar entrenando en el Fenerbahce turco y jugando en la bundesliga, en el Rathiofarm Ulm. Después, retorno a la ACB con Tenerife y finalmente al Breogán de Lugo, conjunto del que es capitán desde la temporada 2016.
Ben Allison: Otro jugador que no terminó la temporada. El británico fue una de las grandes apuestas de García de Vitoria y su fichaje tras verlo en un campus de jugadores en León fue de lo más sorprendente de las últimas temporadas. Llegó para ser una rotación del juego interior cobista, pero en sus partidos con la camiseta azul y dorada cumplió con creces, muy por encima de las expectativas.
Dejó el equipo en el mes de diciembre por voluntad propia debido a un problema personal, con el compromiso de que no jugaría en otro equipo esa temporada.
Su última temporada fue la 2015-2016, cuando se enroló en los Reading Rockets de la BBL D1, la segunda categoría británica, con los que apenas disputó nueve partidos.
Ahora es director de producción en una agencia de publicidad en Estados Unidos.
Edu Martínez: El especialista en tiro de tres del Club Ourense Baloncesto. Al igual que Cristian Díaz y Salva Arco, vivió dos épocas vestido de azul y dorado. En la primera, la del ascenso, estuvo dos temporadas. Primero le tocó sufrir para no descender, pero posteriormente fue un jugador importante.
De Ourense a Burgos para repetir hazaña y de Burgos a Bilbao, para más de lo mismo. Tres ascenso a la ACB, minutos en la competición y retorno a Ourense, en un año en el que la pandemia del coronavirus dejó a los ourensanos con la miel en los labios.
Ahora está a las órdenes de Rivero en el Alicante.
Guillermo Rejón: El hombre elegante y del mazo. La voz de la experiencia en la pintura. Su labor de formación para los interiores del COB tuvo tanto peso que alguno de sus pupilos es una estrella a nivel europeo actualmente.
Clave en el play off de ascenso por sus años de trabajo en ACB y LEB Oro. La calma en los momentos de intensidad y la voz en los oídos de los árbitros cuando las dudas llegaban a la hora de pitar.
Al igual que Rivero, siguió un año más para jugar en el equipo del ascenso en diferido, para terminar volviendo a su Alicante de adopción, con el que ascendió a LEB Oro (con Rivero) y posteriormente fue el General Manager del equipo, cargo que dejó un año después.
Recientemente viajó a Estados Unidos para formarse en un equipo de NCAA D2 y aprender sus métodos de trabajo. También tiene negocios en Alicante, lugar en el que reside.
Marcos Suka-Umu: Tan talentoso como poseedor de fama de 'chico malo'. Pocos jugadores han tenido tantos puntos y capacidad de decidir un encuentro como el madrileño. Que en Ourense vivió un año intenso. Suka-Umu nunca se escondió, ni en la cancha ni ante los medios y su particular forma de ser dio algún que otro titular en sus ruedas de prensa.
Él fue el protagonista máximo del partido final ante el Breogán en el Pazo, el del éxtasis. Tras el ascenso, Suka-Umu hizo las maletas con el mismo silencio con el que llegó y se fue a Melilla donde volvió a ser letal. Desde 2017 su carrera se desarrolla en Francia. Lille (PRO B, la segunda categoría francesa) dos años, Vichy (PRO B) uno y ahora en Saint Vallier, en NM1, los destinos de un jugador por el que muchos suspiran a día de hoy.
Chase Fieler: El norteamericano es probablemente el mejor ala-pívot que ha militado en las filas del Club Ourense Baloncesto en la última década. Llegó a Ourense imberbe, sin hacer, con la maleta llena de calidad desde la universidad de Florida y desde el primer encuentro abrió el tarro de las esencias. Versatilidad y una amplitud de movimientos en la cancha que le sirvieron para hacerse grande ante jugadores más fuertes y que tras el éxito del COB le abrieron las puertas de una exitosa carrera a nivel europeo.
Groningen en los Países Bajos, Oostende en Bélgica y Promitheas Patras en Grecia, antes de desembarcar en el Brosse Bamberg, el campeón de la Bundesliga alemana el pasado curso y que disputa la Basketball Champions League.
Deividas Busma: El pívot lituano, frío como un témpano, disputó su mejor temporada como profesional en Ourense, no cabe duda. El rey del pick & roll con Pedro Rivero en un año en el que ese sistema les dio puntos y más puntos. Sus buen curso le sirvió para aumentar su resentido caché en años anteriores y gracias a ello tuvo un buen contrato en Quimper (Francia), equipo en el que hizo un buen año. Después, en tendencia descendente, Gunma Crane Thunders en Japón, Castellón de nuevo en la LEB Oro, un papel marginal en la Cibona de Zagreb en Croacia, Palencia y por último Union La Rochelle, en NM1.
No está retirado oficialmente, pero desde la temporada 2018-2019 no ha encontrado equipo.
Aaron Geramipoor: El pívot británico llegó en sustitución de Ben Allison y cumplió, lo mismo que su compatriota. El británico, con nacionalidad iraní (con los que disputó el Mundial de 2019), firmó un buen año en su debut profesional en Ourense tras jugar en Seton Hall. Su buen papel le sirvió para estar a prueba el verano siguiente con el Gran Canaria de la Liga ACB, aunque no terminaría firmando. Al igual que Busma, su buen año aumentó su caché y firmó en el potente Soles de Mexicali de México.
En la campaña 2016-2017 volvió a España para terminar en el Breogán (de estudio sería ver la afición de los lucenses por pescar excobistas) y a continuación un pequeño cúmulo de decisiones erróneas que le han llevado a jugar muy poco en las últimas tres campañas. Cibona, Azad de Teherán y un paso fugaz por San Lorenzo de Almagro han sido sus últimas paradas, para un jugador que actualmente se encuentra sin equipo en el Reino Unido.
Cristian Iglesias: El joven jugador ourensano formado en el Blanco Amor vivió en primera persona esa bonita temporada. 'The pearl' como le llamaban sus compañeros de equipo de forma cariñosa incluso disputó algunos minutos en el quinto partido ante el Breogán para delirio de los más de 6000 espectadores presentes en el Pazo.
Tras ese año, alternó su presencia en el primer equipo con el COB de Liga EBA, para terminar firmando por el Chantada, conjunto que milita en la Liga EBA.
Martín Rodríguez: El vigués, un excelente base manejador, también tuvo sus minutos de juego esa temporada en el COB. Valiente y joven, tuvo como maestro a un Pedro Rivero que se implicó mucho en su formación mientras alternaba los entrenamientos con el primer equipo y el filial.
Tanto Rodríguez como Cristian Iglesias fueron los artífices del otro gran éxito del COB esa temporada, el ascenso a Liga EBA tras un excelente año en Primera Nacional en un equipo entrenado por Juan Norat.
Gonzalo García de Vitoria y el cuerpo técnico: De villano a héroe en apenas unos meses. De pedir su cese inmediato a la posición de entrenador respetado en un COB que no se concibe sin él en las últimas temporadas. Un ascenso, una final four y buenas campañas en una ciudad que no se ha caracterizado históricamente por tener entrenadores durante muchos años. Afronta su octava campaña en el conjunto que preside Camilo Álvarez en sustitución de Toño Gavilanes, presidente en el año del ascenso deportivo.
A su lado, Miguel González, segundo en la sombra y hombre de trinchera. Trabajador incansable y poco amigo del protagonismo, es ya reconocido como uno de los mejores asistentes de la LEB Oro.
No continuó tras el ascenso Rubén Vieira, el preparador físico. Su grandísimo trabajo con la plantilla del Club Ourense Baloncesto le sirvió para que la ACB llamase a su puerta. En el Obradoiro ha visto recompensado su esfuerzo y continúa mostrando la misma pasión que cuando corrió la pista del Pazo de lado a lado para abrazar a sus seres queridos cuando el tiempo del marcador se puso a cero.
Y como no, Moncho, el hombre para todo del COB. El más veterano y el que ha vivido todo en la historia del club. Vio como los 'Jackson 5' peleaban por el título de la ACB y sufrió como pocos en los años grises de la LEB 2. Un hombre que tiene tantas historias que solo una hora de conversación con él da para un libro.
