Habrá que volver a creer en el COB, ¿no?

Euforia en la grada. XESÚS FARIÑAS
photo_camera Euforia en la grada. XESÚS FARIÑAS
El COB sacó adelante un partido fundamental para traer cierta calma al Pazo y lo hizo corrigiendo defectos y mostrando la tan ansiada intensidad


Había que hablar en la pista y se habló. Alto y claro. ¿Es el Albacete una vara de medir? El tiempo lo dirá y situará a cada uno en la tabla. Por lo de pronto el COB sumó su segundo triunfo y cogió un buen colchón para el basketaverage particular con los manchegos. Se vieron cosas positivas que no se habían visto con demasiada frecuencia hasta la fecha. Los ourensanos hicieron daño desde la línea de tres, con rachas de categoría. Fran Pilepic y Stojan Gjuroski las caras visibles. Shaun Willett fue potencia con más control y se vino arriba. Literalmente a tenor de sus saltos. Los 12 tuvieron minutos. “Cositas” para que los aficionados saliesen del Pazo con lluvia y con una sonrisa.

Y es que hubo más sonrisas que malas caras. Eso es novedad. El lenguaje no verbal resumía el partido. Incluso en los momentos en los que el Albacete se acercaba, no hubo temblor de piernas. Tiempo muerto, reunión, corrección y otra vez a meter tierra de por medio.

El COB sigue teniendo aspectos a mejorar. Están ahí, sin demasiado maquillaje. Pero sacó adelante un partido que se tenía que ganar. Las aguas bajan más calmadas. Construir desde las victorias es lo que tiene. Pero ahora se necesita eso, el plural, victorias. Que no se quede en flor de un día. El camino está marcado. Lo que hay que hacer lo saben propios y extraños y no hay tan malos mimbres como los que pareció en Melilla. Tocará creer. Al menos siete días.

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