Seguramente no ganarán la liga, pero sí están consiguiendo una cosa, que se ganen o se pierdan partidos, el público esté encima de la cancha, animando y empujando a su equipo.
Cuando estás disfrutando y haciendo que la gente se lo pase bien. Ya lo dijo Rafa Huertas hace unas temporadas, "al Pazo la gente tiene que ir a pasárselo bien" y con la plantilla que tiene el COB hoy por hoy, el espectáculo está asegurado.
Los buenos minutos de Christian Díaz sobre la cancha, con verdaderas diabluras que harán que Papantoniou tenga pesadillas durante un par de días, la transformación de Kyle Hittle, que lo mismo pasa un mes sin ver aro que termina penetrando como Derrick Rose en sus buenos tiempos o la sonrisa de Fran Guerra mientras tira de la camiseta a algún rival mientras le comenta algún detallito, son el aval de un equipo llamado a reenganchar a una ciudad al baloncesto.
Seguramente no ganarán la liga, pero sí están consiguiendo una cosa, que se ganen o se pierdan partidos, el público esté encima de la cancha, animando y empujando a su equipo. Hay futuro en el Pazo.
