baloncesto / LEB Oro

El disfraz del COB mete miedo

cob huesca
photo_camera Victoria del COB en el Pazo ante el Huesca (JOSÉ PAZ).

El equipo ourensano se deshizo del Huesca con contundencia y un baloncesto que lo coloca cada vez más cerca de los play off de ascenso a la Liga ACB

RÍO OURENSE TERMAL 78 - 62 HUESCA

 

Pasan las jornadas y no hay quien baje al COB de las alturas en la liga y de las nubes a sus aficionados. Imposible no confiar en un equipo que fuera de casa es casi intocable y que en el Pazo o gana o obliga a los rivales a rendir al máximo para llevarse la victoria. En la LEB Oro más competida e igualada en muchas temporadas es quinto y tiene a tiro la segunda plaza. Y ya estamos en marzo.

El Huesca fue el último en salir del Pazo con la tabla del dos de Rozitis, el recetario de asistencias de Vidal y las clases de vuelo de Watson en la memoria. Con las piernas agotadas de correr tras una retahíla de jugadores que disparan su cotización cada semana y con la cabeza saturada tras buscar soluciones para despegarse de unos pares que no regalan una sola defensa. Le tocó padecer a ese COB  impecable en el día a día para luego poder brillar los festivos.

Ayer se puso el disfraz más bonito de la liga y lo lució con brillo. Con un baloncesto sin fisuras ni dependencias. Capaz de remontar el buen inicio del Huesca por méritos propios. Desde un gran balance defensivo, atacando el rebote y sacando de posición a las mejores muñecas rivales. Pasó de perder por nueve puntos en el primer cuarto a ganar por ocho al descanso sin aspavientos. Con un base de los de blanco y negro y un americano de concurso de mates. Con una línea exterior tipo navaja suiza y relevos que superaron a los titulares. Lo que viene siendo un equipo con todas las letras. De los mejores de la Liga y de los más meritorios que se recuerdan en el Pazo.

A la que el Huesca se aburrió de pegar cabezazos contra la pared le cayó un saco. Se dio cuenta que no estaba a la altura cuando la ventaja rondaba los diez puntos (44-31) y cuando quiso reaccionar perdía por casi el doble (74-51). Los que salían de su banquillo no eran capaces de sumar y los que iban saliendo del local multiplicaban.

Las cuentas estaban tan claras que no había tiempo ni para dudar del average. Los cinco puntos de la ida se habían esfumado ya antes del descanso y lo más que se acercaron los visitantes fue a 13. La respuesta fue tan contundente como el aviso anterior. Un parcial de 12-2 y asunto resuelto.

Una victoria de las que valen doble en la liga, pero sobre todo de las que pegan a la silla a los aficionados. Excepto cuando vuela Earl Watson,

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