El COB se contagió del apoyo de la afición ourensana e igualó la eliminatoria en un partido que fue el fiel reflejo de esta espectacular serie
Primer mito. "Quien gana el primer partido decide la eliminatoria". Segundo mito. "Quien gana el segundo partido y vuelca a su favor el factor pista, decide la eliminatoria". Tercer mito. "Quien gana el tercer partido sentencia la eliminatoria". Cuarto mito "Quien gana el cuarto en casa del rival asiste un golpe psicológico definitivo para la victoria".
Olviden los tópicos. Las sentencias a toro pasado. Como bien dijo el entrenador del Lleida en su momento: "En un playoff no hay partidos claves. Simplemente, hay que ganar los tres". Ni más, ni menos.
La serie final contra el Breogán está siendo apasionante. Cada partido es una incógnita. Alguno sufría una depresión incurable el sábado. Hoy, una euforia incontenible. Una montaña rusa de emociones con final estelar en el Pazo.
El COB salió vivo de Lucus Augusti. Herido, magullado, pero vivo. El Pazo Universitario fue un infierno celeste, con un fondo celestial cubierto por más de 1.000 aficionados ourensanos. Y los que se quedaron fuera, buscando una entrada que nadie quiso revender.
Espectacular ambiente. Cuando seguidores de ambos bandos orinan en armonía en los baños del recinto, es un buen síntoma. Todos escucharon con respeto el himno gallego. Que aprendan en Barcelona educación deportiva.
Sin saber cómo, el COB tuvo el partido en sus manos. Sin saber cómo, casi se lo regaló al Breogán. Sin saber porqué, el propio equipo local lo tuvo en el bolsillo y se dejó remontar al final. Emoción trepidante, errores inesperados y canastas plenas de carácter y decisión. Nervios en ambos banquillos.
Un COB más entonado
A diferencia que en el tercer partido, el COB comenzó a jugar en el primer cuarto. La combinación de defensa individual y zona hizo mella en un Breogán un tanto confiado. Dormido no seu soño.
Rivero no fue Rivero hasta el último cuarto, demasiado pendiente de su íntima relación con Alex López. Cristian Díaz se puso su careta y completó un excelente partido, hasta que don Pedro regresó a la pista con la cabeza más fría.
El base local Sergio Sánchez se puso la de Dani López y lideró una reacción lucense que bien pareció abrir la puerta hacia el ascenso. Pero en los últimos minutos, los Suka-Umu, Arco, Rivero y Rejón, los pesos pesados, desplegaron toda su genialidad y talento.
La serie se deja llevar por la corriente y vuelve a Ourense. El partido más importante en los últimos 15 años. ¿Se lo va usted a perder?
