La primera norma, marcada a fuego entre tantos tatuajes, debe ser la defensa en equipo. La segunda, aceptar que son los últimos de la liga pero, seguro, no los peores. Hay tiempo, partidos, para reaccionar.
En partidos anteriores, el COB comprobó que incluso jugando muy bien, espléndido, se puede perder. Incluso realizando una meritoria defensa, contagiando al público y rozando los noventa puntos.
¡Qué se puede escribir cuando el partido es mediocre! Cuando referentes como Johnson o Trist -por diferentes razones- no están a su nivel. Cuando nadie recoge el testigo en ataque. Cuando los jugadores de Gonzalo García entonan el "chegar e encher" al rival. Cuando nadie tiene la "mano tonta" de cara al aro. Así, todos de acuerdo, es imposible para este COB competir contra cualquier rival en la LEB Oro.
La cuesta arriba se hace más empinada. Mucho lastre debe dejar el equipo para aligerar las piernas y, sobre todo, la cabeza.
La primera norma, marcada a fuego entre tantos tatuajes, debe ser la defensa en equipo. La segunda, aceptar que son los últimos de la liga pero, seguro, no los peores. Hay tiempo, partidos, para reaccionar.
