La nota se pone al final de temporada. También en el baloncesto y para el COB. Le costó ir cogiéndole el pulso a la liga y tuvo que cambiar piezas claves, pero logró firmar la permanencia con dos jornadas de antelación, con 7 victorias en (lo que va de) la segunda vuelta y ganando (casi) todos los partidos marcados en rojo.
Le baja la media la historia del club y la respuesta superior de su afición toda la campaña, pero aprueba de sobra un COB recién ascendido y que por momentos daba más miedo que esperanza.
Salió contra las cuerdas del partido en Burgos y ha reaccionado con contundencia. Ganó al Alicante en el Pazo y remató el trabajo en Azpeitia.
Se quitó de encima las cuentas y las miradas a los resultados de los rivales y lo hizo siendo superior todo el partido para acabar ganándolo. Otra vez de la mano de un extraordinario Fahrudin Manjgafic, pero encontrando compañeros que se fueron relevando para llevar el partido hasta la orilla. Los triples de Gjuroski y Pelipic, las alternancias de Peciukevicius y Williams y, sobre todo, Ventura. Enorme en toda la segunda vuelta y clave para conseguir el objetivo.
Costó y se sufrió, pero al aficionado le quedan dos partidos para relajarse y disfrutar y al club se le abre la puerta para empezar a trabajar de cara a la próxima temporada.
A principios de mayo el COB sabe en qué liga va a jugar y conoce las líneas básicas de por dónde quiere llevar el proyecto. Comparado con campañas anteriores, un lujo. Un premio que no debe desaprovechar para no repetir errores y para ilusionar a la afición desde el primer minuto de la temporada 2023/2024. Y la cuenta empezó ayer.
