Y mira que estuvo cerca. Pero el dicho es tozudo. "Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible". A pesar de dominar tres cuartas partes del duelo, de gustar y gustarse y de defender como gladiadores en la arena, el COB perdió ante el Palma. Sabor agridulce. Venció el talento y ese talento se compra con talonario. No siempre se cumple esa máxima, es cierto, pero muchas veces sí.
A los ourensanos, pocos reproches. Partido de mucho mérito. Un Pazo que empezó frío se fue calentando a base de acciones de categoría. Y la ilusión tan propia de la Navidad comenzó a brotar. Luego llegó el Grinch en forma de alero sueco llamado Lofberg y tiró todo por tierra. (¿Qúe le pasa a los suecos en el Pazo?).
Tramo duro de calendario. Etapas de alta montaña para el COB. Y llegan los derbis autonómicos. Pero con las sensaciones mostradas en esta derrota, hay motivos para ser optimistas. Acabar y empezar el año es suficiente motivo. Habrá que ver si el rival tiene suecos.
